Cientos de excusas han utilizado hasta ahora los jugadores y los entrenadores del Deportivo. Que si la tardía configuración de la plantilla, que si la juventud de la misma, que si las bajas… Algo que hasta ahora ha funcionado si tenemos que cuenta que apenas han recibido críticas a pesar de estar completando una de las peores primeras vueltas de la historia de Segunda. Hay culpables a todos los niveles en la situación límite que atraviesa el equipo herculino, pero que los protagonistas del lamentable espectáculo semanal estuvieran saliendo limpios es un fenómeno que a día de hoy todavía me cuesta entender.
Parece que eso se terminó. La dimisión de la directiva ha terminado por cerrar todos los paraguas que protegían a plantilla y técnico. Tras el último esperpento en Ponferrada fueron duramente señalados, ni siquiera se le aceptaron las disculpas. Y es que las excusas pueden llegar a servir cuando aportas un mínimo, pero tras actuaciones como la del sábado no hay atenuante que sirva.
Yuri, como antes Nino, empezaron sus encuentros con el Dépor sabiendo que la retirada está a la vuelta de la esquina y terminaron pensando que, jugando contra rivales así, podrían estar marcando goles en el fútbol profesional hasta los 50. Así de fácil pone el equipo coruñés las cosas, un conjunto de conos a los que se vence con apenas evitarlos.
Y es que los blanquiazules se las están arreglando para batir sus propias marcas de ridículo. En El Toralín tardaron apenas siete minutos en disolverse. Un equipo transparente en defensa y sin la más mínima idea a la hora de atacar. A pesar de lo tempranero del tanto local, la sensación era de que sólo un accidente, como el de Santander o el de Fuenlabrada, podía resultar en algo beneficioso. No ocurrió.
Luis César no se mueve
Otro que ya no tiene coartada es Luis César. El técnico lleva diez partidos al frente de la nave, o eso es lo que se dice. Porque apenas se ha visto su mano más allá de dos partidos que ya han quedado enterrados. Tardó una eternidad en cambiar algo y ha perdido el vestuario. Pero tras la derrota de Ponferrada ya aseguró que no se va a ninguna parte. Sí, en la misma rueda de prensa en la que intentó justificar que Álex Bergantiños es la mejor opción para el balón parado. No hay más preguntas, señoría.