Raúl Albentosa fue de menos a más en su única temporada como jugador del Málaga. Jugó 29 partidos de Liga (con dos goles) y dos de Copa del Rey. Tras empezar dubitativo y pasar por el banquillo, se consolidó como pareja de Weligton. Albentosa terminó la campaña a un nivel notable. Resultó uno de los artífices de la mejoría experimentada por el Málaga, esencialmente en la segunda vuelta. Hay que recordar que el conjunto de la Costa del Sol fue colista de Primera en la jornada 12. Y el zaguero fue clave en la evolución del equipo entrenado entonces por Javi Gracia.
Tardó Albentosa en exhibir las prestaciones que había mostrado un año antes en el Eibar y que llevaron al Derby County a pagar por su traspaso. De las primeras 13 jornadas de Liga, Albentosa no jugó en seis. Su falta de velocidad, algún despiste (error en la derrota en casa del Getafe) y el mal tono general del equipo llevaron a Gracia a buscar alternativas y a apostar por un defensa más veloz, en este caso, Angeleri. Pero Angeleri se lesionó en Cornellá, precisamente el día que el Málaga fue colista, y Albentosa recuperó el puesto dos jornadas después ante el Athletic. El Málaga empató a cero en San Mamés y Albentosa fue uno de los jugadores más destacados tras mantener un vibrante duelo con Aduriz, entonces uno de los futbolistas más en forma de la Liga. «Aduriz al principio te dice de todo. Luego le dije: ‘qué, ¿ya no hablas?», contaba, no sin cierta guasa, el valenciano en zona mixta acerca de su actuación ante los vascos.
Desde entonces, nadie le sacó del once titular. El punto más álgido de la carrera de Albentosa en Málaga llegó con su gol al Real Madrid, un tanto que permitió al equipo blanquiazul rascar un punto a los blancos y que coronó una de sus grandes faenas en La Rosaleda.
Expeditivo, valiente y contundente en exceso en alguna ocasión, de hecho reconoce que le encanta ir al choque, Albentosa es ideal para equipos que prefieren esperar y que optan por sistemas más cerrados. Con defensas adelantadas sufre más, ya que no se trata de un jugador rápido y la espalda es su punto más débil. Su altura le hace ser un tótem por arriba y posee una digna salida de balón.
A nivel personal es un jugador de los que hacen grupo y que se integra fácilmente. Dejó huella en Ipurúa y se ganó el cariño de Málaga, el club y sus aficionados. Era un habitual de los vídeos motivacionales y desenfadados que publicaba el club. Es bromista y hace por adaptarse a la ciudad de sus clubes. El mejor ejemplo es que lo hizo en zonas tan distintas como lo son el País Vasco y la Costa del Sol.
Albentosa quería quedarse en el Málaga y lo esperó varias semanas. Finalmente, el Málaga apostó por otras opciones. Si da continuidad a su rendimiento de las dos últimas temporadas, el de Alzira es un defensa más que ideal para el Deportivo, sobre todo si éste lo comanda Gaizka Garitano, quien conoce bien a Albentosa de su etapa en Eibar. Albentosa ha chupado mucho fútbol en campos de Segunda B. El salto a la élite le llegó ya maduro. Nueva oportunidad en Primera para demostrar su valía.
Artículo de Ismael Touat, de Resultados Fútbol.