«Hace un gran trabajo, es muy sacrificado, capaz de darle continuidad al juego… y tiene gol. Casi nada. Es uno de los dos o tres mejores delanteros de la categoría». Así avalaba Natxo González la llegada de Quique González sólo unos días después de que el Deportivo le pagase a Osasuna la cláusula de 1,7 millones de euros. En apenas seis partidos de Liga, el vallisoletano empieza a dejar claras dos cosas: el porqué de los piropos de su entrenador y que ese precio, para algunos desorbitado en su momento, seguramente acabe siendo barato.
Porque Quique se estrenó en Riazor contra el Granada haciendo de todo y todo bien. Decantó el choque a favor de los locales en la última media hora, pero ya había comenzado a ganarlo en unos primeros 60 minutos en los que ofreció una lección de todo lo que un delantero debe darle a su equipo. Le permitió siempre jugar de frente, bajando a recibir y mejorando la jugada. Aunque las diferencias en el arranque las marcó sin balón, no sólo con su presión propia, sino dirigiendo a la perfección a Carles Gil y Carlos Fernández. Entre los tres no dejaron salir a los andaluces nunca con el balón jugado.
Bajo su batuta, el Dépor interpretó otro buen concierto ante su afición, como ya había sucedido ante el Sporting. El encuentro fue muy similar. De menos a más, pero siempre controlando el encuentro. Sin prisa, pero sin pausa. Como una lluvia fina que fue desgastando al rival con el paso de los minutos. Debió llegar algún gol antes del descanso, pero en su único acorde desafinado Quique mandó el balón al palo en una ocasión clarísima, con todo para marcar tras el rechace del portero.
La entrada de Expósito le dio más seguridad al equipo con balón y Saúl cuajó un partido notable en una noche de reivindicaciones
No cambió el guión en la reanudación a pesar de que el Granada intentó sacudirse la presión. Pronto volvieron a tomar las riendas los blanquiazules, a los que la entrada de Edu Expósito les hizo mucho bien. Ocupó el lugar de Didier Moreno, muy desentonado, y ayudó al equipo a tener más presencia y seguridad en tres cuartos. Fue un partido de reivindicaciones. Como la de Saúl, que completó un partido notable en el lateral a pesar de la difícil misión de cubrir la baja de Caballo.
Sólo faltaba que prendiera la mecha en los últimos metros y llegó desde el punto de penalti gracias a una acción tan clara como evitable. La buena presión del Dépor le permitió a David Simón robar un balón suelto en el área y ser arrollado por un defensor. No perdonó Quique, que diez minutos después puso la guinda a su obra con un auténtico gol de ariete clásico, esos que se echaban de menos en A Coruña.
Y lo mejor quedó para el final, con un equipo que se mostró seguro de sí mismo con ventaja en el marcador. Defendió con balón y apenas le concedió ocasiones a un Granada que no dejó rastro en Riazor de ese equipo en gran forma de semanas anteriores. El gol de falta directa en el descuento le dio algo de suspense al desenlace, pero el Dépor ya había bajado el telón y guardado los tres puntos.
Galería de imágenes del Deportivo vs Granada
Fotógrafos: Fernando Fernández y Mónica Arcay.