La jornada dejó varias coincidencias entre los dos futbolistas cedidos por el Deportivo esta campaña. En el plano individual y por vez primera en lo que va de temporada, tanto Róber como Álex Bergantiños fueron titulares y disputaron los noventa minutos, mientras que en lo que se refiere a resultados Levante y Sporting de Gijón firmaron sendos empates ante conjuntos madrileños y por idéntico resultado.
El Levante se atasca. (Levante 1-1 Getafe)
Definitivamente el Levante ha perdido fuelle, y si aún quedaba alguna duda al respecto se encargó de despejarlas en su duelo ante el Getafe. El partido entre los dos recién ascendidos tuvo una parte para equipo, unos primeros 45 minutos en los que los madrileños fueron los claros dominadores e incluso vieron como se les anulaba un tanto por un fuera de juego inexistente, y una segunda mitad en la que los granotas reaccionaron y buscaron una remontada que no llegó. Una gran volea desde la frontal del exdeportivista Fayçal Fajr adelantó a los visitantes a punto de cumplirse la hora de juego pero los de Orriols no tardaron en igualar la contienda mediante una vistosa jugada de tiralíneas. Dispusieron de ocasiones para llevarse el triunfo y llegaron a reclamar hasta dos penalties pero el marcador ya no experimentó más alteraciones y el choque finalizó con un empate (1-1) que alarga hasta cuatro la racha de jornadas sin conocer la victoria que acumulan los levantinistas.
Róber recuperó la titularidad formando parte del doble pivote de los granotas junto al colombiano Jefferson Lerma y, una vez más, le tocó ejercer de comodín. Muy concentrado y atento en las ayudas, poderoso en el juego aéreo y seguro con el balón en los pies, esas fueron sus señas de identidad durante un primer tiempo presidido por la igualdad en el que el joven canterano blanquiazul fue uno de los jugadores más destacados de los levantinistas. Tras el paso por vestuarios Juan Ramón López Muñíz intentó dar un cariz más ofensivo a su equipo mediante un cambio que trajo consigo que el coruñés pasase a ocupar el puesto de lateral derecho, una posición nada habitual para él pero en la que ya había dejado muestras de su buen hacer en momentos puntuales del pasado curso. Casi como si de una norma se tratase ya cuando se habla del gallego, este demostró poseer una facilidad inusual para mudar de rol hasta el punto de completar una segunda mitad del encuentro a un nivel más que notable en tareas defensivas en la que su único lunar fue su poca contribución en ataque.
Vallecas se le resiste al Sporting de Gijón. (Rayo Vallecano 1-1 Sporting)
Vallecas albergó el enfrentamiento entre dos históricos como el Rayo Vallecano y el Sporting de Gijón, un partido presidido por un gran ambiente en las gradas y con el aliciente que suponía el hecho de que ambos conjuntos se disputasen el liderato de La Liga 1|2|3. Los asturianos fueron los primeros en golpear con un gol cuando apenas habían transcurrido seis minutos de juego. Eso supuso todo un espaldarazo al planteamiento de los de Paco Herrera, que vivieron un plácido primer tiempo que solo se vio ensombrecido por el tanto de los madrileños al filo del descanso. El gol espoleó a los locales, quienes poco a poco fueron ganando terreno y por momentos acorralaron a los asturianos, pero sus intentonas se toparon con la figura de un gran Mariño. Al final, reparto de puntos (1-1) que no sirvió a ninguno de los dos para asaltar el liderato pero que confirma a ambos como dos de los equipos más en forma del momento.
Poco ha tardado Álex Bergantiños en hacer cambiar de opinión a todos aquellos que dudaban de su rendimiento y convertirse en imprescindible para su técnico. El hecho de que la mejoría tanto de juego como de resultados experimentada por el cuadro asturiano en las últimas semanas coincida con la entrada en el once del mediocentro no es mera casualidad, y el de Vallecas fue un buen ejemplo de ello. El coruñés disputó los 90 minutos y resultó clave para que su equipo apenas permitiese acercarse al área a su rival durante el primer tiempo gracias a su buen hacer en la recuperación de balón y a su inestimable colaboración en las labores de vigilancia sobre Óscar Trejo, principal amenaza del conjunto rayista. En los momentos de mayor apuro para su equipo también supo hacer valer su veteranía para aportar cierta dosis de tranquilidad al resto de compañeros al mismo tiempo que dotó de pausa al juego sportinguista.