Dos de nuestros redactores, Daniel Roces y Manuel Laya, debaten sobre si el conjunto blanquiazul se puede estar jugando la temporada en este trascendental partido contra el club de Pucela.
El partido más importante de la Liga Adelante se juega este domingo. A siete jornadas para el final el primero recibe al segundo clasificado a cinco puntos de ventaja, con diez sobre el tercero -que tiene un partido menos-. Una victoria consolidaría las aspiraciones del Deportivo, e incluso un empate dejaría las cosas francas para que se produjese el ascenso. Pero una derrota… una derrota podría suponer un peso y una presión añadida para unos jugadores que tenían Primera al alcance de su mano. Perder y que el Celta ganase sus dos choques dejaría la parte alta muy apretada, con solo cuatro puntos de distancia entre los dos equipos gallegos.
SÍ
MANUEL LAYA
Faltan 21 puntos para acabar la Liga y el Deportivo sólo lleva diez puntos al Celta, que tiene un partido menos. Si el conjunto de Oltra cae el domingo ante el Valladolid, el equipo vallisoletano se pondría a dos puntos de los herculinos y tendrían ganado el golaverage, y si lo hicieran además los olívicos podrían acercarse a la friolera de cuatro puntos (ganando el partido ante el Cartagena) y con 18 puntos por disputar, una renta poco holgada para los deportivistas. Siempre he dicho que la clave está en ganar todos los partidos de casa, no sólo por los tres puntos sino por la distancia que no pueden recortar los rivales, en ese aspecto y salvo el Hércules, todos los equipos de arriba han caído en Riazor. El resto de partidos no pintan muy complicados salvo el de Soria donde los numantinos se juegan el poder entrar en la liguilla de ascenso, de la que están a nueve puntos pero con enfrentamientos con Alcorcón o Hércules de por medio. Caer ante el equipo de Djukic y tener otro despiste sería un mazazo al trabajo de todo el año, por ello, el ascenso pasa en casi su totalidad por vencer en Riazor el domingo ya que por un lado dejaríamos al Valladolid a ocho puntos más golaverage particular y por otro acercaría al Celta a los pucelanos aumentando la presión y tensión entre ellos y provocando más posibilidades de nervios y de fallar. La victoria es obligatoria, la derrota sería muy peligrosa y un mazazo psicológico ya que el Dépor no ha perdido dos partidos seguidos aun esta temporada y el empate sólo beneficia al Celta que puede recortarle cinco puntos a ambos equipos. DÉPOR, GANA SÍ o SÍ.
NO
DANIEL ROCES
Últimamente observo en la afición blanquiazul un pesimismo desmesurado después de la derrota en Almería, al igual que no hace tanto tiempo, tras una agónica victoria en Balaídos, existía el sentimiento contrario. Ni tanto ni tan poco. El traspié del pasado sábado no deja de ser un mal día que cualquier equipo, mismamente el Deportivo, puede tener; y más, con el gran colchón de puntos que mantiene respecto a sus rivales. ¿Es posible perder ante el Valladolid? Por supuesto. Hay varios ejemplos como la ida ante el Hércules, Alcorcón… pero el ascenso con esa hipotética derrota no peligraría. Muchos se harán la pregunta hecha famosa por el actual entrenador de un equipo que últimamente lamenta más que celebra: ¿Por qué? Esencialmente porque depende de sí mismo. No quiero meterme en cábalas y ponerme a calcular la distancia en puntos respecto al segundo o al tercero; lo que es un hecho irrefutable es que, incluso con un tropiezo el domingo en Riazor, el Deportivo tendría el ascenso en sus manos. No podemos hablar de finales, porque desde que estamos en esta categoría jugamos partidos claves cada jornada. Con la victoria, sí que daríamos un puñetazo encima de la mesa y nos acercaríamos un poquito más al lugar que nuestro club se merece. Hasta ahí. La postura contraria lo único que puede generar en la plantilla es justamente lo que pretende impedir: la carga desmesurada de responsabilidad y una sobreexcitación que no le viene nada bien a la plantilla. Todos damos por descontado que Riazor será una fiesta y deseamos que el mejor Dépor vuelva por sus fueros brindándonos una victoria. Si no es así, que no cunda el pánico, el ascenso dependerá de lo que Oltra y sus pupilos hagan.
TERMÓMETRO DE LA AFICIÓN:
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