Bajo un ambiente crispado y sin los Riazor Blues en la grada, el Dépor empató ante el Espanyol y encadena seis partidos sin ganar. (0-0)
Tanto Víctor Fernández como sus jugadores habían insistido durante la semana en la importancia del partido ante el Espanyol y de lograr una victoria para romper la mala racha de las últimas cinco jornadas -un punto de quince-, pero el ambiente de Riazor distó mucho de lo que se suele ver en un encuentro de esta trascendencia. Tras varias semanas ocupando su sitio habitual y animando durante los 90 minutos, los Riazor Blues volvieron a dejar desierta la zona central de Maratón Inferior y sin ellos el estadio herculino permaneció prácticamente callado. O lo que es peor, entre el silencio tenso y el murmullo, algo que pareció afectar a un Dépor que durante la primera mitad apenas logró enlazar jugadas ofensivas.
Con la novedad de Fariña en el once y con Lucas Pérez arrancando desde la derecha, los gallegos intentaron tener la posesión pero sus ataques apenas terminaron cerca de la portería de Casilla. La más peligrosa la tuvo Cavaleiro, hoy por la izquierda, al enganchar dentro del área un balón mal despejado por Álvaro. Acto seguido, Fariña volvió a asustar a la retaguardia perica con una buena conducción entre líneas y un disparo raso que se marchó rozando el palo. A eso se redujo la producción ofensiva en 45 minutos.
Por su parte, Sergio González regresó a A Coruña planteando un centro del campo defensivo y buscando el contraataque, con el que rozó el gol en un tres ocasiones antes del descanso. La primera, de Lucas Vázquez, la salvó Sidnei; la segunda, de Cañas, la sacó Fabricio; y la tercera, de Caicedo, acabó en gol pero fue anulada por fuera de juego.
Tras la reanudación, retocó Víctor Fernández devolviendo a Lucas Pérez a la posición de mediapunta y escorando a Fariña a la banda izquierda, formación que apenas duró 13 minutos pues en el 58 el maño decidió dar entrada a Diogo Salomão. El luso, que volvía a pisar Riazor 385 días después de su lesión de rodilla, se llevó la gran ovación de la mañana y pronto empezó a generar peligro. Poco después de una buena carrera por el costado zurdo, metió un gran pase largo a Oriol Riera, que desde dentro del área y tras un empujón del defensa remató arriba.
Acto seguido ingresó Toché por el punta catalán y desde entonces vivió sus mejores minutos el Dépor, asediando el área de Casilla. En uno de los muchos balones colgados al área durante ese tramo, Cavaleiro tuvo la más clara pero no acertó a golpear en el segundo palo y su remate se fue flojo a las manos de Casilla. Por su parte, llegó aún con más peligro el cuadro catalán y en un córner Javi López remató al larguero primero y Luisinho tuvo que sacar bajo palos después. Ya rozando el 90, volvieron a amenazar los visitantes con un libre directo en el que intervino salvador Fabricio.
Con este empate, el Dépor suma ahora 26 puntos y permanecerá fuera del descenso con uno de ventaja, pero son ya seis los partidos sin conocer la victoria y el problema social es aún mayor que el deportivo, con una afición totalmente dividida y distanciada de su equipo cuando se acerca el tramo decisivo de la temporada.
Dépor: Fabricio; Juanfran, Lopo, Sidnei, Luisinho; Álex B., Borges; Cavaleiro, Lucas Pérez, Fariña (Salomão, min. 58); y Oriol Riera (Toché, min. 67).
Espanyol: Casilla; Arbilla, Álvaro, Héctor Moreno, Duarte; Víctor Sánchez, Cañas (Montañés, min. 70); Javi López, Lucas, Salva Sevilla; y Caicedo (Stuani, min. 53).
Ábitro: Teixeira Vitienes, del colegio cántabro. Mostró tarjeta amarilla a Víctor Sánchez, Javi López, Lopo, Duarte, Borges, Bergantiños y Álvaro.