En la ya interminable lista de méritos de la que Fernando Vázquez puede presumir en su regreso al Deportivo, blindar la portería debe ocupar un lugar de privilegio. Así se escribió la séptima victoria consecutiva del conjunto blanquiazul, un triunfo sobre la bocina que llegó cuando toda la parroquia deportivista sonreía con el empate. Pero, como siempre explica el profesor, «o que quero é que non me tiren a porta, malo será que eu non teña algunha…». Exactamente, Koné, malo será.
Siendo consciente de la utopía que supone evitar que nadie pruebe a tu portero, lo que sí está consiguiendo el técnico de Castrofeito es convertir las posesiones del rival en ataques de balonmano. El área está prohibida. La sensación de peligro siempre es mayor cuanto más aculado está un equipo, pero el Dépor se siente más cómodo que nunca juntándose a escasos metros de Dani Giménez.
Y así es como, a pesar de cederle la pelota a todos sus rivales, el conjunto herculino apenas ha encajado dos tantos en los últimos seis partidos. El caso de Santo Domingo fue el más extremo. Más del 60 por ciento de posesión para los alfareros y 19 remates. ¿A portería? Ocho. ¿Desde dentro del área? Únicamente tres. Este proceso está elevando la figura del portero vigués, que ha recuperado su mejor versión. Sigue haciendo paradas salvadoras, pero no todas tienen que serlo. Quizá intervenga más, pero con disparos lejanos. Eso es lo único que está dispuesto a conceder Vázquez. Tenemos un buen guardameta, que haga su trabajo.
Con lo que había
Esa capacidad para haber convertido al equipo en una roca y multiplicado la fortaleza en el área propia tiene doble mérito si tenemos en cuenta que la línea defensiva es la única a la que no han llegado refuerzos. El entrenador blanquiazul ha convertido a Montero, el central más sospechoso de la categoría, en un defensor fiable. Ha recuperado al mejor Somma, ese mariscal que llega antes que nadie a cualquier balón a la espalda. Y se ha sacado de la manga a Mujaid. Exiliado al lateral durante la etapa de Luis César, Vázquez está comprobando que el canterano se adapta perfectamente al molde con el que fabricó a Insua.
Los rivales rara vez acceden a la zona restringida y cuando pasan nunca logran imponerse a ninguno de los tres. De que así siga siendo dependen buena parte de las opciones del Dépor para lograr la permanencia. Al conjunto coruñés sigue sin sobrarle nada en ataque, pero desde que empezó 2020 sólo ha encajado dos tantos: uno desde fuera del área y otro en propia puerta, infortunio tras un centro que debería haber terminado como la gran mayoría, despejado por la defensa más inaccesible en lo que va de segunda vuelta.
Las imágenes del Alcorcón vs Deportivo