La historia del portugués Sílvio Manuel Azevedo, que militó en el Deportivo durante la campaña 2012-2013 tras llegar cedido por el Atlético de Madrid en el mercado de invierno, es una de esas que se producen en ocasiones en el complejo mundo del fútbol. Y es que a pesar de ser un fichaje con un traspaso relativamente importante, apenas dispuso de oportunidades en los cinco años que duró su contrato con la entidad madrileña.
El club del Manzanares lo fichó procedente del Sporting de Braga por una cifra superior a los siete millones de euros, pero su estancia en la capital española no fue la deseada para ninguna de las dos partes. En algo más de temporada y media, las lesiones y la falta de confianza de su técnico, hicieron que el defensa apostase por desembarcar en A Coruña de la mano de su compatriota Domingos Paciência como entrenador deportivista en calidad de cedido. El míster luso se fue y posteriormente tomó el mando Fernando Vázquez, y con ambos preparadores gozó de la confianza negada en el Calderón, disputando 17 partidos en la segunda vuelta del campeonato.
A pesar de que el Deportivo ese año perdió la categoría en la última jornada, lo cierto es que las actuaciones del portugués, actuando a pierna cambiada como lateral zurdo, dejaron una buena imagen en la grada herculina. Pocos olvidan su golazo al Celta de Vigo en el derbi gallego. Sin embargo, no le sirvieron para hacerse con un hueco en el Atlético de Madrid, y estuvo cedido en el Benfica los tres años que le restaron de contrato con los rojiblancos. Ahora, con 28 años de edad y tras finalizar su vínculo con el conjunto del ‘Cholo’ Simeone, está a la espera de decidir su próximo destino.