Carles Gil no ha vivido una gran temporada este año. Desde el inicio, el interior valenciano no tuvo la fortuna de su lado, viviendo numerosas lesiones que le impidieron rendir con el Deportivo. Esto, unido a la falta de continuidad cuando estaba disponible, se ha traducido en un año no demasiado grato de recordar.
El antiguo jugador del Aston Villa no comenzó con buen pie esta temporada, presagiando su trayectoria durante los siguientes meses. En septiembre, Carles Gil se veía obligado a dejar a un lado los terrenos de juego para pasar por el quirófano, después de que le fuese diagnosticada una pubalgia. Duro contratiempo para el valenciano, ya que su estado físico le impidió formar parte del equipo en las primeras jornadas de Liga. Esto lo llevó a debutar con un tercio del campeonato cumplido, en la jornada 13.
Desde su regreso al verde, el exvalencianista recuperó sensaciones y mejoró su forma, lo que le permitió formar parte del once en los siguientes encuentros, superando sus molestias. Consiguió disputar cinco partidos consecutivos, todos ellos siendo uno de los hombres que conformaban la alineación blanquiazul. El futbolista herculino ofreció variantes en el ataque coruñés, teniendo más frescura y más capacidad de asociación. Aún así su aportación no llegó a ser determinante, estando el Deportivo inmerso en una crisis de juego y resultados.
Tras perderse el partido de ida ante el Valencia, volvió a gozar de minutos ante Real Madrid, Levante y Real Sociedad, sin haber mejoría ni individual ni colectiva. Tras el choque en Anoeta, donde los deportivistas cayeron por 5-0, Clarence Seedorf sustituyó a Cristóbal Parralo, convirtiéndose en el nuevo entrenador de los blanquiazules hasta final de temporada. Con él, la presencia de Carles Gil pasó a ser testimoniosa. Quedando 14 partidos por disputarse, el valenciano solamente participó en uno, jugando siete minutos ante Las Palmas. Las continuas lesiones y la poca confianza del técnico holandés propiciaron un duro final de temporada para Carles Gil, acostumbrándose a ser uno de los descartes en las convocatorias.
Tras haber jugado solamente 11 encuentros este año (sin haber finalizado ninguno), la continuidad del jugador herculino es una incógnita para su afición. Pese a tener una opción de compra obligatoria en su contrato, el descenso a Segunda podría provocar que no se llegara a ejecutar. También es posible que, aunque el Deportivo confírmase su presencia el próximo año, fuese uno de los que salga durante el mercado veraniego. Muchas preguntas y pocas respuestas en el futuro de Carles Gil.