A menudo, el tránsito desde el césped a un área técnica es tan inesperado como gratificante. Y esa es la sensación que se desprende de las palabras de Maikel, delantero formado en el Deportivo a mediados de los 90 y que desde mediados de noviembre da sus primeros pasos en los banquillos al frente del Sporting Meicende de la Segunda Autonómica, un escenario que, sobre el papel, podría parecer modesto para un jugador que debutó en Primera hace casi 20 años sustituyendo a Bebeto en Riazor, pero que él disfruta mucho.
«Estaba buscando trabajo y Chema Rivadulla, que juega con nosotros en los veteranos, me dijo un día si me animaba a coger el primer equipo del Meicende, que se había quedado sin técnico. Al principio dudé, porque ya llevaban casi un tercio de la temporada, pero estoy con el curso de entrenador y me está viniendo realmente bien«, explica el hispano-alemán. Para él, que dotó de gol a más de una docena de equipos entre Primera y Tercera durante su etapa como jugador, su nueva tarea aparca el pasado a un lado. Y eso que no todos sus pupilos lo tenían presente: «Los primeros días algunos no tenían ni idea de quién era. Y es lógico. Muchos tienen entre 19 y 23 años y yo no soy Fran. Se enteraron después. Pero ya les dije que soy uno más. De entrenador tengo cero días. Empiezo aquí».
Su primera prueba de campo ha partido con un condicionante previo. Y es que tras la planificación efectuada por la Federación Galega en el verano pasado, se contempla el descenso directo de hasta diez equipos en el grupo II -As Mariñas y Arteixo- de la Segunda Autonómica en previsión de la unificación con el primero. Y en el horizonte, los posibles arrastres. Por ello, el alto precio de la permanencia también ha marcado el discurso de Maikel: «Si quedas sexto o séptimo te puedes ir a Tercera. Hace tiempo hablé con los chavales y les insté a olvidarnos de la clasificación, a disfrutar los partidos que queden, intentar ganar el que nos toque cada semana y, de ahí, ir hacia arriba».
Esta particular pelea del conjunto arteixán tendrá su enésimo asalto este mismo fin de semana. Frente a ellos, un rival directo como el Bribes, antepenúltimo y tres puntos por debajo. «El partido que tuvimos la semana pasada, el de este domingo y el siguiente ante el Santa Cruz marcarán nuestra aspiración final», señala el exjugador deportivista. Sin embargo, para alguien cuyo día a día ha transcurrido prácticamente en los vestuarios desde la adolescencia, el límite para un futbolista en categorías amateur lo suelen marcar otros factores. «Este equipo, con dos retoques –y no me refiero a jugadores-, es de los mejores de la categoría. Hay varios de ellos que tienen condiciones para estar en Tercera División, como mínimo. Necesitan creérselo. Otros han llegado más arriba sin tanto talento pero por querer estar ahí», concreta.
«Partido a partido», repite. En el horizonte de Maikel solo se contempla la filosofía del paso a paso al mando de un equipo. Igual que en la vida, aunque sonríe al ser inquirido sobre la posibilidad de sumarse al proyecto del Deportivo en un futuro, con los que ya colaboró en la campaña de ampliación de capital emitida por el club. «Hay que poner cada uno su granito de arena. Es el equipo que me dio la oportunidad de jugar en la élite y con el que crecí en todos los aspectos«, detalla.