Hay carreras futbolísticas que sufren altibajos. Trayectorias con cursos irregulares que alternan momentos de auge con otros que no lo son tanto. Cambios de ritmo como en un fartlek. Futbolistas llamados a marcar diferencias que se diluyen y, cual ave fénix, contra todo pronóstico, acaban resurgiendo de sus cenizas. Hace algunos meses, hablábamos de la odisea que había vivido Stefan Deak a su salida de A Coruña. Hoy, volvemos a citar al serbio por una razón bien distinta: su regreso a la élite. El que fuera central del Fabril acaba de firmar con el campeón húngaro, el Budapest Honvéd, por tres años.
Pretendido ya durante el pasado mercado de invierno por los capitalinos, vio cumplidas sus ilusiones ahora, al terminar contrato con el MTE de Segunda. Con ofertas de Serbia, su país natal, e Israel, el defensor ha preferido darle continuidad a su estancia en tierras magiares. Aunque, esta vez, cambiando de categoría y de ciudad, firmando con el histórico equipo del ya difunto Ferenc Puskas. Un símbolo que, por cierto, y pese al paso de los años, aún sigue presente por todas partes. Incluso en el vestuario, en forma de foto.
Con un equipo formado en su mayoría por jugadores locales, Deak pasará de la tranquilidad de Mosonmagyarovar al bullicio de la capital: Budapest. Y del fútbol de plata a la Champions League. Como recompensa al título liguero, su nuevo equipo disputará la ronda previa de la máxima competición europea a nivel de clubes, donde se enfrentarán a otro ex del Deportivo como Isaac Cuenca, ahora en las filas del Hapoel Beer Sheva israelí. «Un sueño» para Deak «y para muchos de sus compañeros» que, como él, debutarán en el torneo. En palabras del voivodinés, «una buena oportunidad”, también, “para ver donde estamos frente los mejores equipos de Europa».
El hecho de volver a pelear por las cotas más altas podría acercar al central a otro de sus grandes sueños: la selección absoluta de Serbia. Aunque no sea su única opción. De no concretarse esa posibilidad, el exfabrilista, que ya dispone de pasaporte húngaro, lo tiene claro: «si llega una oportunidad para jugar con la selección húngara, la voy a aceptar con alegría». Internacional, y capitán, con su país natal en categorías inferiores, no vería ahora con malos ojos una llamada de Hungría. Eso sí, de poder escoger, lo tiene claro: apostaría por sus orígenes.
Dirigido por el neerlandés Erik van der Meer, exjugador del Murcia en los noventa y exseleccionador de Holanda sub 21, entre otros, la experiencia en la máxima categoría no resultará nueva para Stefan. Cedido en la 2012-13 por el Deportivo al Siófok, ya había probado por aquel entonces los Nemzeti Bajnokság I «NB I» (Campeonatos Nacionales de Primera). Con momentos dulces y sinsabores, la carrera del exdeportivista visualiza ahora un nuevo y esperanzador capítulo. Antes, por el camino, se topó con diversos obstáculos. Ahí, en medio de la tempestad, memorizó un mensaje que aún hoy día le acompaña: «hay que creer siempre y trabajar duro para conseguirlo».