El centrocampista blanquiazul, cedido en la S.D. Compostela, será sometido a una nueva revisión de su rodilla derecha por los servicios médicos del Deportivo.
No está siendo un año fácil para Álvaro Lemos. El extremo santiagués inició esta temporada una nueva aventura en la S.D. Compostela con el objetivo de ganar confianza y experiencia tras la recuperación de la rotura de ligamento cruzado sufrida a finales de julio de 2013, pero su periplo con el conjunto dirigido por Iñaki Alonso ha estado salpicado de obstáculos en forma de molestias físicas. Pese a debutar a finales de septiembre ante el Logroñés, el jugador formado en el Villestro vio cómo su vuelta a los terrenos de juego se veía frenada por la oposición de su rodilla derecha, la misma que le alejó del primer equipo en aquel encuentro de pretemporada ante el Barbadás.
Sometido a una artroscopia por el doctor Rafael Arriaza a finales del propio mes de septiembre para limpiar la zona dañada, el potente futbolista cedido por el Deportivo volverá a ser examinado en los próximos días por el traumatólogo del club para evaluar en qué grado se halla dañada la zona y los motivos de las molestias. Arriaza, que ya operó a Lemos en las dos ocasiones que el centrocampista tuvo que acudir al quirófano, valoró en su momento el esfuerzo y paciencia del rápido jugador capitalino, que encaró la recta final del curso pasado comandando al Fabril de José Luis Devesa para recuperar sensaciones y acumular minutos de juego, con un bagaje total de seis partidos en los que incluso llegó a anotar un gol ante el Pontevedra.
Lemos, que tras su segunda operación y cuatro semanas de baja volvió al trabajo grupal del Compostela el pasado 4 de noviembre, vuelve así a ver ralentizada su consolidación en el equipo de su ciudad, que peleó con ahínco junto al Racing de Ferrol por incorporar a un Álvaro Lemos que durante estos meses volvió a mostrar una férrea serenidad ante los sucesivos muros que fueron dilatando su llegada a Segunda B. Acompañado en el conjunto blanquiazul por el portugués Teles -también cedido por el Deportivo-, el futbolista santiagués buscará ahora retomar el pulso de una prometedora carrera que le llevó a ser uno de los pilares del filial herculino y uno de los exponentes de la generación del 93, esa que ahora abandera su amigo Pablo Insua.