La responsabilidad de los canteranos, la avanzada posición de Juan Domínguez, Manuel Pablo a banda cambiada o el escaso fondo de armario son los temas de interés de este análisis del partido de ayer.
Ayer fui a la grada a ver el partido del Dépor después de muchísimo tiempo sin hacerlo. Con mi carnet de Pabellón, mis dos bolsas de pipas y junto a mis amigos más críticos sentí el ambiente de otra forma diferente a como lo hago desde la zona de prensa.
Además en Riazor.org sobraba mi esfuerzo, pues Martín Casti y Jorge García hicieron una labor espectacular con el minuto a minuto, la crónica y las declaraciones. Y cuidado, también con un directo muy trabajado en redes sociales en el que os informaron al momento de lo que sucedía en Riazor. No hacía falta por allí, por mucho que Fernando Fernández me requiriese para aguantarle el micro en zona mixta. Era el momento de ser aficionado, y estos son los apuntes que saqué en claro.
1. Lo primero que concluí es lo vacío que está el Deportivo en ataque. Sin Bruno Gama y sin Culio, el de Fernando Vázquez es un equipo plano, inocente y romo en ataque. Le cuesta un mundo llegar a posiciones cercanas y probar el disparo. En el primer acto, nulo ofensivamente.
2. Seguramente, al equipo se le verá más veces de esta forma si Juan Domínguez continúa 20 metros por delante de su posición natural. El juego del 10 blanquiazul pierde como mediapunta, ya que ahí no tiene espacios para dar esa típica vuelta sobre sí mismo o guardar el balón con comodidad. Y si pierde Juan Domínguez, también pierde el Deportivo porque no encuentra ese jugador que conecte con los de arriba con criterio.
3. Wilk y Bergantiños compartieron la medular. Les costó un mundo complementarse porque son dos futbolistas de idénticas cualidades y mediada la segunda parte, Vázquez optó por dar entrada a Bicho. Eso significaba retrasar la posición de Juan Domínguez, lo que propició que el Deportivo generase fútbol y metiese al rival en su área.
4. Seguimos bajando metros del terreno de juego y nos encontramos con el ‘veterano’ Pablo Insua. Sobrio, coherente y muy inteligente tácticamente, Insua es el canterano que ha entrado con más fuerza en el primer equipo. A pesar de tener a su lado a un tipo experimentado como Kaká, el que manda en la defensa es él.
5. El fondo de armario no parece ser el deseado. Fabricio, Uxío, Seoane, Ayoze, Bicho, Juan Carlos y Dani Iglesias son los siete jugadores del banquillo. Seis de ellos pasaron por el filial.
6. Desde el banquillo y por un golpeado Javier Arizmendi, salió en el descanso Juan Carlos Real. El coruñés le dio otro aire al ataque blanquiazul, partiendo siempre desde la banda derecha. Tiene descaro y sabe asociarse, además de poseer buen disparo desde fuera del área. Fue el único que lo intentó con tiros lejanos.
7. También desde la banqueta saltó al terreno de juego Javier Fernández ‘Bicho’ en la segunda parte. Desacertado en el pase, no cesó en su intento y pidió el balón una y otra vez. Así es él, protagonista. Le da igual las cerca de 30.000 personas que estudiaba sus pasos. Hay jugador, pero tengamos paciencia.
8. En los últimos minutos pasó lo que durante este verano se trató de evitar en el asunto de la cantera. Toda la responsabilidad del gol recayó en los instantes finales en Luis Fernández y Dani Iglesias, dos delanteros que el año pasado estaban en un filial blanquiazul que no consiguió ascender a Segunda División B. Entre los dos -20 y 18 años- suman un año más que el lateral izquierdo titular de su equipo en el inicio de Liga. La culpa no es de ellos.
9. Para finalizar, hablar de Manuel Pablo y su posición. No soy nada partidario de poner un lateral a pierna cambiada, aunque coincido con Vázquez en su preferencia por poner al canario por delante de Ayoze, pues en defensa, por lo menos, es más seguro. Por tanto, espero deseoso la incorporación de Luisinho y poder valorar yo mismo sus virtudes y defectos. Los laterales son más importantes de lo que se piensa.