El mediapunta canario dejó un nuevo detalle para la colección en el derbi de Balaídos. La propuesta del Dépor salió reforzada a pesar de demostrar cierta falta de ambición en el tramo final del partido; el empate se antoja justo.
Empate justo el visto anoche en Balaídos entre el Deportivo y el Celta. Quizás la propuesta del Dépor mereció más de un punto, pero los cambios de José Luis Oltra mermaron el potencial atacante de los blanquiazules en un partido que se puso de cara tras la expulsión de Cabral. Con diez, el Celta estuvo cómodo sobre el campo, sin tener que llevar la iniciativa, esa táctica que tanto gusta a los de Paco Herrera. Contra diez, al Dépor le faltó ambición. Ambición y último pase, Valerón ya no estaba.
Un error en la transición del Deportivo provocó un dos contra uno que resolvió Bermejo con más problemas de los que parecían a priori; gol que desnivelaría el partido al poco de comenzar. No se rindió el equipo de Oltra y prosiguió buscando, entonces con más balón, la portería de Javi Varas. El Celta esperaba agazapado, consciente de que su potencial al contragolpe podía matar al conjunto herculino. Hasta que apareció Valerón para cambiar el desenlace. El mago se sacó un conejo de la chistera y en una baldosa regateó a la defensa, al banquillo y a la afición olívica. Una maniobra para enmarcar y al alcance de muy pocos.
El partido se le puso de cara al Dépor en la segunda parte con la expulsión de Cabral. Sin embargo, Oltra retiró del terreno de juego a dos de los jugadores más entonados –Valerón y Riki- por Camuñas y Nelson, que tuvieron una noche desafortunada. Ni uno ni otro consiguieron enlazar con éxito. El Celta, además, se encontró cómodo con diez, hasta el punto de que el técnico valenciano tuviese que recurrir a André Santos para apuntalar el centro del campo.
UNO POR UNO:
Aranzubia: 5. Un día más, muy despistado e inseguro con el balón en los pies. Bien por alto, realizó un par de paradas de mérito. No pudo hacer nada en el gol de Bermejo.
Laure: 6. Incansable. Corrió todo lo que pudo y más para anular a Krohn Dehli. Su esfuerzo en cada partido en de diez, aunque debe mejorar tácticamente. Un incordio para cualquier extremo.
Marchena: 6. Seriedad y veteranía. Igual que Zé Castro, supo aguantar casi todo el encuentro con una amarilla a sus espaldas. Frenó a Aspas en muchas ocasiones y se mostró intratable en el juego aéreo.
Zé Castro: 6. Se ha asentado como la pareja ideal de Marchena. Ayer dejó constancia de su gran salida de balón, siendo el futbolista del choque con más pases acertados. Su buen partido se empañó con un grave error en el tanto celeste al trazar mal el fuera de juego.
Ayoze: 7. Muy buen encuentro el del lateral tinerfeño, que dejó a Augusto Fernández en una sombra de lo que realmente es. Sin fallos atrás y muy concentrado, se mostró muy acertado a la hora de combinar con sus compañeros. Con confianza.
Álex Bergantiños: 6. Un pulmón en la medular. Lo dio todo durante los 90 minutos, aunque su buen trabajo en defensa no encontró compañía en el resto de centrocampistas, lo que provocó que en varias ocasiones estuviera fuera de sitio. Menos acertado que contra el Barcelona en la salida de balón.
Juan Domínguez: 7. Gran partido del ‘10’ blanquiazul, que regresó a la titularidad por la puerta grande. Apenas perdió un balón y le ganó la partida a Álex López de forma clara. Perfecta su definición en el 1-1.
Bruno Gama: 3. Sigue siendo una sombra de lo que fue el curso pasado. A pesar de que apareció más que en otros partidos, no le salió nada. Su impotencia se ve reflejada en sus numerosas protestas. Sí realizó un buen despliegue defensivo que impidió brillar tanto a Krohn Dehli como a Roberto Lago.
Pizzi: 6. Desequilibrante. Al igual que Bruno, trabajó mucho en defensa, mientras que en ataque se mostró muy irregular. Su excesivo individualismo llega a desesperar.
Riki: 6. Una vez más, gran encuentro del delantero de Aranjuez, que a pesar de no ver portería fue un incordio para los cuatro zagueros celestes. Por la derecha, por el centro o por la izquierda, cualquier zona del ataque es buena para el madrileño, que estuvo muy acertado tanto a la hora de encarar como a la hora de combinar.
Oliveira: 4. Mala actuación la del delantero portugués. Trató de hacerlo todo él solo y no le salió nada. Se le ve algo lento y precipitado. Tuvo el 1-2 en su cabeza, pero su remate se marchó fuera.
Camuñas: 3. Peleón y poco más. Su velocidad y su chispa piden a gritos una oportunidad en banda. Como mediapunta le cuesta encontrar espacios y se pierde en regates que sí le funcionarían como extremo.
André Santos: s.c. Dejó un par de destellos en los cinco minutos que estuvo sobre el césped de Balaídos, aunque no tuvo tiempo para mucho más.
EL MEJOR:
Valerón: 8. Volvió a lucir como en las mejores noches. Para enmarcar su acción en el 1-1, en la que se fue de dos defensores celestes y atrajo la atención de dos más antes de sacarse de la chistera un pase mágico para Juan Domínguez. Dio sentido al fútbol blanquiazul. Se acaban los calificativos para definir su grandeza.
LAS CLAVES:
Rápida reacción. El Dépor supo sobreponerse pronto al gol de Mario Bermejo. De no ser así, el Celta podría haberse adueñado del esférico y hacer estragos en la defensa coruñesa.
Cómodo Celta con diez. No les pesó a los de Paco Herrera el hecho de quedarse con un jugador menos. Al no llevar la iniciativa pudieron poner a prueba su poder al contragolpe.
LO MEJOR:
El balón, blanquiazul. El Deportivo fue el dueño y señor de la posesión en Balaídos contra un rival que venía crecido tras dos victorias consecutivas en su estadio.
La afición. Una vez más, la afición desplazada dio un ejemplo de la enorme capacidad que tienen para darle fuerza al equipo. Cerca de mil deportivistas en Balaídos.
LO PEOR:
Empezar por detrás en el marcador. Si la pasada temporada el Deportivo comenzó ganando los dos derbis, esta campaña sucedió justo lo contrario. Tuvo que remar ante un resultado adverso.
Poca ambición en los cambios. José Luis Oltra pecó de conservador en los cambios y tampoco los jugadores que entraron le dieron la razón. Mal día de Camuñas y Nelson, que no aportaron nada.