Riazor.org acerca a sus lectores la figura de Vicente, ex jugador de Celta y Deportivo y reconocido seguidor de ambos conjuntos. Desde ‘el milagro de Vicente’ hasta el derbi del viernes, historia y actualidad se juntan la mano en este reportaje.
Si en la semana del derbi gallego hay que destacar a ciertos emblemas que representen los valores de la pluralidad y la concordia entre aficiones y sentimientos, si hay personajes a resaltar, uno de ellos es, sin duda, Vicente Celeiro Leal (Vilalba, 1962). Vicente el de La Coruña, como le conocen en Vigo, celeste y blanquiazul, ex jugador de Deportivo y Celta y mito viviente de una rivalidad enmarcada a orillas del Atlántico. Porque la dicotomía Vigo-Coruña, Deportivo-Celta, comenzó pronto para Vicente. “Ya de pequeñito iba a Balaidos con la peña celtista de Vilalba y por aquel entonces era del Celta. Después, esa misma gente de la peña fue la que me llevó al Deportivo”. Como él mismo explica, despuntaba en su tierra natal y así fue como se enroló en las categorías inferiores de la escuadra coruñesa. “Llegué al Dépor y lo mamé desde las categorías inferiores. Jugué muchos años, muchos derbis, eso marca mucho”. Sin embargo, casualidades del destino, tras trece temporadas de blanquiazul, un sentimiento arraigado y su mejor nivel, se marchó al Celta. “Aquello rompió moldes. En aquel momento quería jugar en Primera División y tenía ofertas, entre ellas la del Celta, un histórico y aquí cerca. Era caballo ganador”, relata nostálgico. Sin embargo, el a priori caballo ganador no fue tal y no rindió en Vigo todo lo bien que hubiera esperado. “Hombre, a toro pasado, viendo como fue, pues no lo repetiría, aunque resulta fácil echar cuentas después de apuntarse al carro”.
Tras ambas experiencias, una vida de fútbol galaico y la sospecha en el ambiente de que el deportivismo le puede más, se reconoce como seguidor e hincha de ambos equipos “al fifty-fifty”, no hace distinciones ni se decanta. “Voy con el que lo necesite más, nunca pierdo”, confiesa entre risas. Él mismo reconoce que es “un caso atípico y raro”, pero no sin razones. “Cuando explico el porqué de esta situación, de este amor por los dos, la gente lo entiende y me siento muy querido tanto en Coruña como en Vigo, lo cuál es curioso porque en el Celta jugué poco”. Porque Vicente, sincero y directo, no encuentra motivos que puedan empañar lo que él siente, una pasión dividida entre dos eternos rivales. “Para mí es muy bonito haber podido jugar en los dos equipos y no puedo quedarme con uno”. En su casa convive con una división parecida a la de su corazón, pues su hijo nacido en A Coruña es seguidor del Celta mientras que el nacido en Vigo lo es del Dépor. “Es raro, pero es una rivalidad sana y solo en los días previos al derbi, no va más allá”.
Pero más allá del hecho destacable de haber sido pieza importante en ambos lados de la trinchera, lo que siempre quedará para el recuerdo en la hinchada blanquiazul –y también en la celtiña- es el gol de Vicente, aquel tanto en el 92’ que evitó que el Deportivo descendiera a los abismos de la Segunda División B, dónde el escenario de la desaparición de la entidad se veía como una realidad. “Se habla mucho de la épica de aquel gol. Aunque se diga y se escriba, no creo que la ciudad dejase que el club desapareciese, aún habiendo casos de equipos que bajaron a Segunda B y luego desaparecieron. Yo pienso que el gol sí que hay que darle mucha importancia porque la tuvo, pero hasta el punto de que el equipo desaparecía o demás, pues creo que eso es un poco de literatura épica deportiva”, cuenta restándole importancia, aunque no son pocos los que aventuran que ‘el milagro de Vicente’ fue el germen de una senda de éxitos que comenzaría poco después. ¿Alcanzaría Augusto César Lendoiro la presidencia del club? ¿Hubieran llegado el ansiado ascenso a Primera o el desembarque en la ciudad de Mauro y Bebeto? ¿Tendría el Dépor seis títulos y una gloria imborrable al paso del tiempo? No lo sabe el deportivismo ni Vicente, pero lo que sí tiene claro el ex delantero es que será para siempre su “recuerdo más bonito”. Eso sí, sin dejar de lado trece temporadas de éxitos con la camiseta blanquiazul. “¡Es que también tuve temporadas muy buenas y metí muchos goles, no solo uno!, se reafirma entre risas. “Viví grandes temporadas en el Deportivo. Tres ascensos que se nos escaparon, por ejemplo, cuando era jovencito. También fui Internacional Sub 21, fui a entrenar con la selección española”.
Ahora, afincado en Vigo desde su retirada, al otro lado de la barrera, se resigna a vivir los derbis como aficionado. Como un aficionado especial, en todo caso. Por eso Riazor.org ha querido conocer su opinión de cara al choque tan vital y especial que tendrá lugar el viernes en Riazor.
Vaticinó a principio de temporada que tanto Deportivo como Celta se salvarían “cómodamente”. Será difícil que pueda llegar a ganarse la vida como adivino…
(Risas) Es que, al final, esto da muchas vueltas. De todas formas, a pesar de que lo dije, de que en ese momento lo viera así, también opino, y lo hacía entonces, que el Celta no se reforzó bien para Primera División; no construyó un buen equipo aunque en la primera vuelta las sensaciones fueran otras. No hizo cuatro o cinco fichajes de Primera División. Y, sin embargo, el Deportivo sí los hizo; lo veo un equipo con más empaque, un equipo bueno. Y es el colista, lo cuál es sorprendente. No sé si es una contradicción…
No tiene por qué serlo. El fútbol parece, hoy en día más que nunca, un estado de ánimo muy dependiente de las dinámicas.
Sí, correcto. Estados de ánimo, rachas negativas que te meten ahí…Caes ahí de colista con un equipo que no es para estar ahí y lo pasa mal. Tampoco digo que vayan a jugar UEFA, pero es no es una plantilla para esto y quizás no se está encontrando cómoda. Como ejemplos contrarios, mira el Rayo o el Valladolid dónde están con esa confianza.
Lo cierto es que ambos llegan al derbi en la peor de las situaciones.
Como decía estos días, en vez de una fiesta del derbi gallego, será un funeral. Creo que más necesidad tiene el Dépor, pero el que gane tampoco solucionará nada. Sin embargo, el que pierda, quedará casi sentenciado. No matemáticamente sentenciado, pero sí muy tocado anímica y moralmente.
O, desde el punto de vista contrario, una victoria puede suponer mucho más que tres puntos.
Yo creo que los jugadores de ambos equipos están pensando que si ganan, además de darle una alegría a sus aficiones, se pueden salvar; creo que piensan que remontarán el vuelo a partir del viernes. El Dépor, por ejemplo, puede enganchar una racha y coger a los de abajo teniendo en cuenta los duelos directos de después. Yo creo que es posible.
¿Qué papel jugará Riazor?
Es posible que el factor cancha diese el añadido de favorito al local en otras circunstancias, pero yo creo que ahora los partidos están tan igualados que ya tengo dudas de que el factor campo constituya esa pequeña ventaja. Es, a priori, un choque igualadisimo y cualquier detalle, cualquier fallo, un gol…Lo cambia todo. También la forma de empezar.
Como se vio en Balaídos en el choque de ida.
Sí, en el partido de ida, por ejemplo, se decía que el Celta jugaba muy bien al fútbol y que el Dépor llegaría a esperar. Y fue al contrario: el Dépor juega bien al fútbol y el Celta juega mal, siendo muy superior el Dépor hasta que llega la expulsión y curiosamente se pone la cosa más pareja. Puedes pensar que cualquier cosa que luego se puede dar lo contrario. Sigo pensando que el factor cancha puede suponer ese valor añadido, sí, pero no tanto como otros derbis de otras épocas.
¿Dónde está el mayor hándicap de Deportivo y Celta esta temporada?
Yo creo que lo negativo del Celta está en el plano defensivo. Y en el Dépor otro tanto de lo mismo. Son equipos que no dominan los encuentros, pero sobre todo se nota en el Celta. Además, creo que con Abel el equipo todavía ha empeorado. Lleva la defensa un poco más arriba pero no presionan, entonces tienes la sensación de que van a entrar por ahí en cualquier momento, en cualquier jugada. Y al Dépor, sin embargo, lo veo con más empaque, es curioso. El día del Madrid me gustó, en el Nou Camp me gustó, contra el Rayo lo pasó algo mal pero tampoco en exceso… Lo veo mejor que al Celta pero no sale de ahí, no es capaz de encadenar dos victorias seguidas. Y aún así es menos evidente que en el Celta, en donde los problemas son más palpable. Los ves y dices: ‘qué problemas tienen estos chicos aquí atrás, arriba tampoco tienen ocasiones, no llegan…’
¿Puede ser achacable a un déficit en la recuperación de la pelota? Quizás condicionado por el tipo de jugador celeste.
Sí, el tipo de jugador del Celta es un tipo de mucha calidad, como Oubiña, Aspas, Álex, el argentino, De Lucas o el danés, pero no hay el corte de jugador agresivo, que recupere. No hay un mediocentro de ese estilo aguerrido, con empaque, como sí hay en el Dépor. El que más se parecería sería Borja, pero tampoco es ese perfil.
Ya que nombra a ciertos jugadores, ¿a cuáles destacaría de uno y otro conjunto?
Del Dépor me gustan varios jugadores. Me gusta Riki, que anda muy bien y es un jugador que a mí no me decía nada y ahora hasta me enfado cuando hacen el cambio delantero por delantero, porque creo que el chico portugués, Nelson Oliveira, es un buen pelotero aunque no acabe de arrancar; podrián mezclar bien. Pizzi y Bruno también me gustan bastante. También ahora están bien los dos laterales, sobre todo Ayoze. Y por supuesto Valerón, que es una maravilla verlo jugar. Pero es que el Deportivo, mira, es el colista y he nombrado cinco o seis jugadores. Es una pena estar ahí. Y me olvidaba de los mediocentros, que Abel Aguilar me gusta mucho, por ejemplo. Es un gran jugador, internacional, del tipo de equipo que no lucha por descender.
¿Y del Celta?
Del Celta me quedo con Iago, sin duda.
¿Existe demasiada dependencia de Aspas?
Totalmente. Si él está mal, el equipo acaba estando mal también. El equipo es dependiente de un chico que sí, que es un buen pelotero y anda como un cañón, pero no puede ser que haya tanta dependencia de Iago. Un equipo de la historia y la categoría del Celta no puede depender de un chico como él. Es el mejor jugador del equipo con mucha diferencia y eso no puede ser.
Como Iago Aspas, muchos otros futbolistas de la primera plantilla son jóvenes criados en A Madroa que llevan viviendo derbis desde niños. ¿Puede haber influido negativamente esa sobremotivación, esas ansias de victoria, que supone enfrentarse al máximo rival?
Es posible. Los chavales son jóvenes, tienen muchas virtudes y quieren ir a comerse el mundo, pero también se encuentran con esa ansiedad. Es normal. Tú eres canterano, has vivido derbis desde chaval, desde infantiles, desde los cadetes… Te ves en esa situación y sales a dar la vida, pero es normal que pueda influir negativamente. A veces también es como se de el inicio del partido, las primeras jugadas… Por ejemplo en el partido de ida, que se encuentran frente a un Deportivo con jugadores de mucho empaque, de mucha categoría. El Dépor es el que empieza jugando bien y es superior en la primera parte.
¿Es la cantera el gran mérito de este Celta?
Realmente, el Celta se ha visto obligado a hacer ese uso de la cantera por haber entrado en su momento en concurso de acreedores. Se ha visto obligado por presupuesto a tirar de la cantera y Eusebio ha sido el gran artífice, el gran culpable de que salgan todos estos chicos. Son buenos jugadores y tienen mucha calidad, pero no hay que olvidar que están ahí por las circunstancias.
¿Debería el Dépor ahora recurrir más al producto de Abegondo? Se habla de la probable titularidad titularidad de Insua el viernes.
Yo siempre digo que a los chavales hay que hacerlos debutar cuando las circunstancias sean las más favorables posibles. Luego quizás debutas en malas circunstancias y todo va bien, como cuando salimos Fran, José Ramón o yo. Yo subí al primer equipo porque el mister fue cesado y subió a entrenar a la primera plantilla José Luis Rodríguez Vaz, que nos tenía en el Fabril. Sí es cierto que ese año estuvimos ahí abajo y salimos igual, pero pienso que es mejor debutar en circunstancias favorables.
¿Cometió el Dépor un error con la llegada de Paciência?
Posiblemente habría sido mejor solución que Fernando hubiera llegado antes. Pero nunca se sabe. Y a ver, porque al final a lo mejor no acaba la Liga ni con dos partidos ganados.
¿Es posible la salvación o se trata de un objetivo inalcanzable?
Matemáticamente hay posibilidades, y el jugador piensa eso siempre. Aunque en el fondo puedan ser pesimistas y lo vean muy complicado, si ganas el viernes empiezas a verlo diferente, a plantearte los partidos siguientes contra los equipos de abajo. Es otra historia, coges oxigeno, coges vidilla. Yo pensaría que no todo está perdido y eso es lo que piensan también los profesionales.