Como todos los deportivistas, Vicente Gómez dejó Tenerife con un sabor agridulce tras el empate del Deportivo en el último suspiro: «En líneas generales estuvimos bien en la primera parte, pero en la segunda, entre el gol y los cambios del Tenerife, nos echamos atrás, perdimos el control del partido. Lo más importante es que fuimos capaces de volver a ponernos por delante, pero nos vamos con esa lástima del gol a balón parado».
El canario entiende que el equipo debe dar un paso al frente y hacerse notar en la categoría: «Con cinco puntos nos podemos dar por satisfechos en estas tres salidas. Aunque con un poco más de rigor y personalidad, saber que somos importantes, habríamos tenido más puntos. Pero esto es largo, son 42 jornadas y será larguísimo. El balance del inicio de temporada es positivo«.
Al igual que sus compañeros, Vicente está deseando que llegue el estreno en Riazor: «Tengo muchas ganas de jugar en casa. Ver a mi nueva afición, que es numerosa y alienta mucho. Ahora nos toca hacer buenos estos puntos que hemos sumado fuera. Me he adaptado bien, la gente me ha recibido espectacular. Desde el primer día me siento parte de la familia y estoy muy contento».
Borja Valle: «La palabra que define este encuentro es fútbol»
Borja Valle fue el otro jugador blanquiazul que pasó por zona mixta. Sus sensaciones fueron similares a las de Vicente: «La palabra que mejor define este partido es fútbol. Son 94 minutos y en el momento que bajas los brazos, te relajas y piensas que tienes algo, te lo quitan. Nos vamos con sabor amargo por cómo se ha dado la segunda parte y los últimos minutos. Marcamos el tanto que creemos que es el de la victoria y nos empatan».
Insistió el berciano en la necesidad de controlar los partidos: «Ha sido un encuentro loco, de ida y vuelta y con arreones. De toma de decisiones rápidas, buenas y malas. Es típico de Segunda, que se rompe, y más aquí en Tenerife. Por la experiencia que tiene es muy bueno en ese aspecto, con jugadores muy rápidos arriba. Sabíamos que iba a ser así».
Valle no pudo evitar sentir alegría por su tanto, aunque no fue completa: «Hay varios minipartidos dentro de los 90 minutos. A veces las cosas te salen bien y otras no. Pero hay que pensar en el grupo y en el momento que tengas la oportunidad debes aprovecharla. A nivel personal me voy feliz, pero con el sabor amargo del empate».