Pepe Mel afrontaba un auténtico ‘match ball’ ante el Getafe. Más de uno pedía su cabeza y el técnico tenía por delante el que podía ser su último encuentro como entrenador deportivista. Sin embargo, aparentar normalidad es a veces el mejor remedio, y Mel llegaba al estadio tranquilo y expectante. Gracias al vídeo ofrecido por ‘El Día Después’, se puede analizar cómo se sentía el entrenador ante ese partido clave, y su reacción tras el pitido final.
La mañana del sábado comenzaba entre risas con viejos conocidos antes de arrancar el choque. Mel bromeaba con miembros del club rival, mientras el reloj corría y cada vez restaba menos para el inicio. Con el pitido de Estrada Fernández, se iniciaban noventa minutos para ganar más tiempo al frente del equipo. El partido parecía transcurrir bien, con dominio del equipo y ocasiones claras. Sin embargo, el gol visitante trastocó los planes. Comenzaba la cuenta atrás y Mel empezaba a inquietarse con el 0-1 en contra.
Aspavientos constantes, miradas perdidas al suelo. El rostro de Mel en determinados momentos era un poema. Sin embargo, el gol de Lucas lo cambió todo. Quedaban 25 minutos y el deportivismo creía. El técnico respiraba. Conforme pasaban los minutos y el gol no llegaba, volvía el nerviosismo antes superado, y la tensión se apoderaba de Riazor. La sensación era que de nuevo se iba a quedar en intento, un nuevo partido con ocasiones pero sin que esto cristalizase en una victoria.
No obstante, apareció la garra rumana. Florin Andone inundaba de éxtasis el estadio y Mel suspiraba. Sin celebrarlo efusivamente, pero con una enorme alegría por dentro. El tiempo de añadido no sería impedimento para la victoria, y el entrenador madrileño enfilaba el túnel de vestuario sabiendo que había ganado más tiempo al frente del Deportivo.
Ración de tiempo para Pepe Mel. #ElDíaDespués pic.twitter.com/84o8CpXk8s
— El Día Después en Movistar Plus+ (@ElDiaDespues) October 2, 2017