La retirada de Manuel Pablo García significa muchas cosas para el deportivismo. Es el adiós de un mito, de una leyenda, del segundo jugador con más partidos defendiendo la blanquiazul. Es separar el último lazo que unía los años dorados de fútbol en A Coruña, el lazo que hacía permanecer atado el Dépor actual con la historia viva del conjunto herculino. Es cortar el hilo del último globo de la película de UP que ya no sostiene la casa y vuela libre hacia las estrellas del firmamento deportivista. Es dejar zarpar al último capitán.
Manuel Pablo debutó un 28 de octubre de 1998 contra el Jerez de los Caballeros en Copa del Rey. Y de aquello, como os podéis imaginar, no queda nada.
Su sombra es alargada en la historia reciente herculina. Más allá de los cuatro títulos cosechados como blanquiazul -Liga, Copa y dos Supercopas- quedan las anécdotas y las semblanzas. Tuvo la oportunidad de compartir el último año de José Ramón González, de decir adiós a su compañero Turu Flores en el año 2001, de ver cómo Donato Gama Da Silva se despedía del fútbol en el año 2003, de cómo lo hacían a hombros Fran y Mauro Silva en el 2005, de cómo Lionel Scaloni hacía las maletas en el 2006 tras haber sido mundialista con Argentina, de cómo Augusto César Lendoiro retiraba su candidatura a presidente en diciembre del 2013 e incluso cómo su ‘hermano’ Juan Carlos Valerón se marchaba de A Coruña con destino Gran Canaria.
Los más históricos se despedían y Manuel Pablo se resistía a hacerlo. Hasta ahora, que ya no queda nada de aquello.
Vivió el lateral de Bañaderos las siete temporadas gloriosas de Irureta, las dos anodinas campañas de Caparrós, las cuatro de Lotina de infeliz final, el año y medio de José Luis Oltra, los pocos partidos con Paciencia, el casi milagro en Primera y posterior milagro de Fernando Vázquez en Segunda, a Víctor Fernández y cómo su anterior compañero de banda Sánchez del Amo tomaba los mandos en el banquillo.
Vivió ascensos y descensos. Buenos y malos momentos. Lesiones y recuperaciones. Champions y Segunda. Finales. Títulos. Supo lo que era ganarle al Barça y al Barça ‘B’. Al Real Madrid y al Real Madrid Castilla. Meterle mano al Celta en Primera y en Segunda. Y hasta hacerlo en aquella eliminatoria copera en el año 1999.
Muchos de los deportivistas nacidos más allá del año 1988 sentirán un vacío con la ausencia de Manuel Pablo. Pocos son los que recuerdan un Dépor sin el canario. Otros también lo harán. Porque de los años gloriosos, de aquello, ya no queda nada.