Zipi y Zape tienen que estar juntos. Cuantos menos necesiten para buscarse, mucho mejor. Zipi y Zape, Lucas y Luis Alberto, brillan más cuando juegan como los dos delanteros del Deportivo.
Llevar al andaluz a una banda, aunque tenga la libertad de ir al centro, es perder algunas de sus excelentes cualidades. Cuando están cerca es una de las parejas más peligrosas de la Liga. Luis Alberto no busca a Lucas; ya sabe dónde está. La conexión entre ambos es total. Se le ve felices, tanto dentro como fuera del campo. Es como ese amor a primera vista que nunca piensas que existe hasta que se cruza en tu vida. No se conocían y ahora son socios de una empresa, Zipi y Zape, vital para sellar la permanencia blanquiazul.
Luis Alberto es un maestro en encontrar rendijas en las defensas rivales. Logra filtrar pases que parecen imposibles, pases que siempre posibilita un Lucas que es un incordio para los zagueros por su movilidad. No para el coruñés de desmarcarse y buscar las espaldas a los centrales, tarea que se vuelve más posible gracias a la visión de su colega. Lucas es mejor con Luis Alberto y Luis Alberto con Lucas.
El 21 tiene su hábitat natural en el espacio que existe entre la línea defensiva y los centrocampistas contrarios, ese lugar donde hay que pensar rápido y tener la siguiente jugada en la cabeza antes de recibir el balón. Por ello, encontrar a un compañero con el que te asocias tan bien es básico.
Luis no debería partir de ningún sitio que no sea la zona central del ataque. Desde allí sí se mueve con criterio para buscar al 7 y dejarlo en disposición de aumentar su cuenta goleadora. Zape ha encontrado su sitio, y ese es de acompañante de Zipi como delantero del Dépor.