El central luso reapareció en el amistoso de Bembibre y se ve totalmente recuperado después de tres meses de baja. De sus nuevos compatriotas dijo que “hacen todavía mejor al vestuario”.
Ha vuelto Zé Castro y lo hace como pocas veces lo había hecho antes: con la vitola de saberse un jugador importante para el vestuario, para Oltra y, sobre todo, para la afición. Cuestionado a lo largo de sus ya cinco años en A Coruña, el luso se lesionó en la recta final del pasado curso cuando nadie dudaba de su titularidad y, tres meses después, regresa para quedarse.
“Me encuentro muy bien y ahora solo me queda recuperar el tono físico para ayudar en todo lo posible. Esta semana entrené muy fuerte y ayer aguanté bien el partido. A mí, personalmente me ha venido muy bien”, dijo en referencia al partido que los enfrentó al Dubra en el homenaje a Juan Baleato.
En Bembibre el portugués fue titular, dejó buenas sensaciones y la fragilidad de la defensa herculina en el arranque liguero hace que muchos lo vean en el once que salte la próxima semana a Los Cármenes. Zé Castro, sin embargo, regateó el debate y despejó el debate con la elegancia que atesora sobre el verdín. “No entras en un once porque el equipo esté mejor o peor. Defender es un proceso de todo un conjunto, como el ataque. Un gol depende de cómo llegue a los delanteros. Y el encajarlo también”, justificó.
“No creo que sea un Zé Castro más maduro, siempre he sido muy coherente”
Alegre, expresivo y con galones. Así se presentó en rueda de prensa un Zé Castro al que algún periodista vio “más maduro” que otros años en los que no gozaba de toda la confianza de los dueños del banquillo de riazor. “No creo que sea más maduro, siempre he tenido un discurso coherente en estos cinco años. Hubo veces en las que estuve más o menos contento cuando no jugaba. Ahí es dónde tienes que preocuparte por tu futuro, es normal”, dijo.
Este año compartirá vestuario y línea defensiva con Marchena, campeón del mundo y de Europa para el que, según Zé Castro, no hay más palabras que lo definan mejor que su trayectoria. “No ha llegado ahí por casualidad. Para los jóvenes, sobre todo, es muy bueno ver que alguien que lo ha ganado todo trabaja tan bien y aporta tantas cosas”, explico.
Jóvenes entre los que este año hay muchos compatriotas suyos. Para el central deportivista “lo importante es que son buenos chicos, ya sean americanos, chinos, alemanes o españoles. Lo son y ayudan a hacer el vestuario todavía mejor. No tendrán problema de adaptación porque A Coruña es un sitio muy agradable y estarán cerca de su familia y de su casa”, aventuró.