Trece temporadas en un club dan para mucho, y Juan Carlos Valerón tampoco ha podido librarse de los malos momentos durante su trayectoria en el Deportivo. Las lesiones han sido el gran punto negro de su estancia en A Coruña, aunque también ha protagonizado algunas de las situaciones más criticas en el apartado deportivo de la entidad gallega en los últimos años.
Peña acabó con el mejor Valerón. Deportivo 2 – Valladolid 0. 28 de septiembre de 2002.
El deportivismo pasó de la euforia absoluta a la preocupación máxima en menos de una semana. Cuatro días después de dar una exhibición en el Olímpico de Munich, el conjunto coruñés recibió al Valladolid tras haber sumado una victoria y una derrota en las dos primeras jornadas de Liga. En el minuto 28, los blanquiazules ya ganaban 2-0 a la entidad pucelana, siendo muy superiores a su rival y mereciendo un resultado más amplio. Pero poco después de regresar del descanso, el central Juan Manuel Peña arrolló a Valerón con una fea entrada con las dos piernas, que provocó una rotura en el peroné de la pierna izquierda del canario.
Debido a esta lesión, el de Arguineguín, probablemente el jugador español más en forma en aquel momento, se vio obligado a estar dos meses alejado de los terrenos de juego, y Javier Irureta tuvo que reestructurar a un equipo sin otro mediapunta natural. La solución fue alinear a Diego Tristán y a Roy Makaay juntos, un esquema que tardó en funcionar, ya que los deportivistas, con dependencia absoluta de Valerón, solo ganaron tres de los siguientes siete partidos al del Valladolid.
El ‘21’ se perdió dos meses de competición y recayó en la jornada 15, justo cuando regresó a la titularidad. No volvió de forma definitiva hasta la 23ª fecha de la Liga, y no recuperó su mejor versión hasta el siguiente curso.
La Champions se escapó en semifinales. Deportivo 0 – Oporto 1. 5 de mayo de 2004.
Un mes después de firmar la inolvidable remontada ante el AC Milan, el Deportivo cayó eliminado en semifinales de la Liga de Campeones ante el Oporto de José Mourinho, tras empatar a cero en O Dragão y tenerlo todo de cara para llevarse la eliminatoria en Riazor. Sin embargo, aquella noche no fue la mejor, de hecho fue de las peores de la temporada para Valerón, incapaz de desplegar su mejor fútbol y con un error clamoroso en los primeros minutos, cuando, con todo a favor para batir a Víctor Bahía, solo dentro del área, disparó fuera.
El martirio de su rodilla izquierda. Temporadas 2006, 2007 y 2008.
‘El Flaco’ sufrió una rotura en el ligamento cruzado anterior de su pierna izquierda en el primer partido que el conjunto herculino disputó en el año 2006, ante el Mallorca. El verano siguiente, en un encuentro amistoso ante el Benfica, cuando estaba recuperando sensaciones, se rompió el menisco de la misma rodilla y sufrió daños en el ligamento, por lo que tuvo que volver a pasar por el quirófano.
En su segundo intento por volver a los terrenos de juego en el primer mes de 2007, reaparecieron las molestias, y no recuperó su plenitud física hasta el 27 de enero de 2008, fecha en la que se celebró el famoso partido contra el Valladolid que provocó el resurgir de los coruñeses en aquella temporada. Sin duda, dos años de calvario en los que el canario llegó a temer por su carrera.
Primer descenso. Deportivo 0 – Valencia 2. 21 de mayo de 2011.
Valerón apenas contó para Miguel Ángel Lotina durante las cuatro temporadas que el de Meñaka estuvo al frente del banquillo del Deportivo, pero el técnico vasco cambió el sistema en el curso 2010/2011, dando a entrada al ‘Flaco’ en el once, formando el ataque herculino junto a Adrián y Riki. Aunque el fútbol blanquiazul mejoró notablemente, ni siquiera el ‘21’ pudo impedir el descenso de categoría, en un 21 de mayo en el que la imagen del canario secándose las lágrimas con la camiseta deportivista se convirtió en un símbolo de cara al ascenso de la próxima temporada, al saber que él continuaría en el club.
Segundo descenso y despedida. Deportivo 0 – Real Sociedad 1. 1 de junio de 2013.
El futbolista más emblemático y querido de las últimas décadas blanquiazules se marchó de A Coruña de una de las peores formas posibles. Valerón ya tenía decidido irse del conjunto herculino, pero dejándolo en Primera División. Después de una temporada complicada en el plano institucional y dentro del campo, ‘El Mago’ de Arguineguín dijo adiós con una derrota ante la Real Sociedad y un nuevo descenso de categoría, esta vez mucho más complicado que el anterior por las dificultades económicas con las que los gallegos tendrán que sobrevivir en Segunda División, y él lo sabía.
‘El Flaco’, que anteriormente había asegurado que se retiraría del fútbol en el Deportivo para después continuar en él con un puesto importante en los despachos, acabó por despedirse con “desgaste”, entre lágrimas, primero en el campo y después en rueda de prensa, anunciando que no dejaba el fútbol, sino la entidad, y con un llanto que contagió a aficionados y periodistas. Todos fueron conscientes de que un ciclo se acababa con el adiós de futbolista irrepetible, amado por toda España y que a corto, a medio y a largo plazo parece insustituible, tanto dentro como fuera del campo.
Jorge García
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