El año en el infierno ha sido la temporada en la que varios de los canteranos han conseguido hacerse con un hueco en la primera plantilla del equipo que les vio crecer como futbolistas. Otros, mientras, siguen esperando su oportunidad como es el caso de un Juan Carlos que debutó en competición regular en el último partido de Liga.
El año de la madurez: Laure, Álex Bergantiños y Juan Domínguez.
El descenso y la marcha de algunos jugadores abrieron la puerta del once inicial a estos jugadores que, lejos de amilanarse, han superado con creces las expectativas que de ellos se tenía.
Laure -el único que tenía a priori asegurada la plaza en el once titular- ha realizado una temporada muy regular, llegando incluso a ser utilizado como extremo a la hora de cerrar los partidos. Trabajo, intensidad, garra y esfuerzo han sido sus credenciales durante la campaña.
Álex ha sido el jugador que más minutos ha disputado en una misma temporada en la historia del club, algo que denota la importancia que ha tenido en el esquema de José Luis Oltra. Ha dotado al mediocampo de un equilibrio perdido años atrás, además de aportar goles importantes.
Juan Domínguez comenzó la temporada como suplente, pero tras dar una lección de fútbol ante el Celta aprovechando una sanción a Jesús Vázquez, se hizo con un hueco en el once titular junto a Bergantiños . Ha sido, sin duda, el año de su consolidación como futbolista.
La otra cara: Rochela y Seoane
Durante la pretemporada se rumoreó con su cesión para que gozasen de minutos, pero finalmente se quedaron y lo que parecía un secreto a voces se convirtió en realidad. Únicamente disfrutaron de continuidad en la Copa del Rey y vieron la mayor parte de la temporada desde la grada o el banquillo.
Las sanciones o convalecencias de sus compañeros fueron las únicas oportunidades que tuvieron para disfrutar de minutos en Liga, donde sus actuaciones no fueron del todo buenas, debidas en gran parte a la falta de ritmo.
El caso especial: Xisco
El delantero balear llegaba con la vitola de ser una de las piezas clave en el año en Segunda, pero en primer lugar sus continuas lesiones y luego las óptimas actuaciones de Riki y Lassad le relegaron al tercer puesto en el orden de preferencias del entrenador en cuanto a delanteros.
Aún así, su papel se antojó fundamental en el tramo final de Liga con los goles que consiguió ante el Nástic y el Huesca, que supusieron a la postre el ascenso del equipo a Primera. El de Tarragona fue un bálsamo para el Deportivo en el minuto 94 de partido.
Antonio Bellot