Sin apenas tiempo para respirar y con el equipo inmerso en una burbuja alejada de los problemas institucionales, el Deportivo se encontró el pasado 21 de enero con el fin de una era. Y es que 25 años después de su llegada, Augusto César Lendoiro cerró las puertas de su despacho para dar entrada a Tino Fernández, el cabeza saliente de la candidatura ‘Vamos a ganar este partido’.
Fernández, en su primera comparecencia como presidente del club, mostró su convencimiento en sacar adelante a la entidad: «No tengáis ninguna duda de que esto va a salir bien». Sin embargo, y pese a que el club logró finalmente el ansiado ascenso a Primera División el pasado 31 de mayo, la inestabilidad -antaño focalizada en la parcela económica- pasó a centrarse en el aspecto social.
No se vislumbraba fácil la transición inmediatamente posterior a Augusto César Lendoiro en el club herculino, y así fue finalmente. Tino Fernández, que llegaba con el propósito inicial de cerrar cuanto antes el acuerdo con los bancos y la Agencia Tributaria, se encontró con más dificultades de las aguardadas. Por ejemplo, con la oposición de la Administración Concursal y el Estado en lo referente al reparto de la deuda privilegiada, una cifra que tras el pacto entre el club y Hacienda ascendía inicialmente a 62 millones de euros.
Este escollo inicial fue la primera piedra de un camino verdaderamente tortuoso en el ámbito administrativo que, con todo, no logró desestabilizar los objetivos deportivos de la primera plantilla. El Deportivo, que volvió a ser recibido por miembros de las instituciones públicas como Carlos Negreira o Alberto Núñez Feijóo, quiso también estrechar lazos con Javier Tebas, presidente de la LFP, en busca del mayor número de apoyos posibles para el club.
Destitución de Fernando Vázquez
Sin embargo, las verdaderas sorpresas llegaron precisamente tras la conclusión de la meta más ansiada: el ascenso. Contra todo pronóstico y a pocos días de comenzar la pretemporada, el Consejo de Administración del club decidió destituir a Fernando Vázquez de su puesto de entrenador, una postura adoptada tras unas declaraciones del técnico de Castrofeito en un campus de Arzúa en alusión a la política de fichajes del club. La decisión, curiosamente, se entendió como incoherente si se atiende a las palabras de Fernández tras el retorno del Deportivo a la Liga BBVA, apoyando a Vázquez y certificando su continuidad. Apenas un mes más tarde, su discurso cambió: «Nosotros entendimos que la motivación era insuficiente en el entrenador».
Con la elección de Víctor Fernández para encarar la nueva temporada y las dificultades sufridas en la recta final del mercado estival para lograr las contrataciones de jugadores de caché como Bojan o Mitroglou y evitar las filtraciones a la propia prensa, el Deportivo inició su nuevo periplo en la máxima categoría con titubeos de juego y resultados. Entre medias, y con el anuncio de la ampliación de capital -en busca de seis millones de euros- y la Junta de Accionistas para el mes de noviembre, el conjunto blanquiazul volvió a encontrarse con otros frentes abiertos en la figura de Germán Rodríguez Conchado, exasesor jurídico del club que tramitó una demanda por impagos.
Junta de Accionistas
La tensión existente en torno al Deportivo también se palpó nuevamente en la primera Junta de Accionistas presidida por Tino Fernández, celebrada el pasado 25 de noviembre y la cual se llevó a cabo tras el logro del quórum necesario por parte del club para hacer la asamblea. Con 400 accionistas presentes y un 33,602% del capital social representado en el Centro Ágora, Fernández logró sacar adelante todas sus propuestas con más de un 90% de apoyo total en las mismas -entre ellas la ampliación de capital social-, además de hacer públicos los datos de la due dilligence iniciada por el club en relación al estado económico de la entidad.
Los sucesos del Vicente Calderón
La auténtica prueba de fuego para el nuevo Consejo de Administración llegó tras la tragedia ocurrida en la mañana del encuentro entre el Atlético de Madrid y Deportivo en el Vicente Calderón el pasado 30 de noviembre. Integrantes del Frente Atlético y Riazor Blues participaron en una reyerta que dejó un balance de varios heridos y el asesinato de uno de los miembros del grupo ultra coruñés: Francisco Javier Romero Taboada ‘Jimmy’. El suceso marcó un punto de inflexión en la política de seguridad de la LFP y del propio Deportivo, que decidió cerrar la grada de Marathon Inferior durante dos encuentros de forma simbólica para ejemplificar la lucha contra la violencia, una decisión que generó una enorme controversia a nivel local y volvió a evidenciar la existencia de una fractura entre la afición, una de las asignaturas pendientes que tendrá el actual Consejo para el año 2015.
PABLO VARELA