ALEJANDRO ARRIBAS
El central madrileño llegó a A Coruña después de una temporada en Sevilla en la que no logró ser el defensa que había gozado de elogios en su etapa anterior en Osasuna. Su llegada a la ciudad gallega tuvo un inicio desagradable tras el incidente con Luisinho, y empezó el campeonato alternando la titularidad con Alberto Lopo. Sin embargo, con el paso de las jornadas, se convirtió en el compañero indiscutible de Sidnei en el centro de la zaga, y su rendimiento fue más que aceptable a lo largo de todo el año. Sin duda, su continuidad supone una importante garantía para el nuevo proyecto del próximo año.
FERNANDO NAVARRO
El fichaje del exsevillista planteó ciertas dudas en el entorno deportivista en relación a cuál sería su rol y su posición dentro del equipo, ya que además de jugar como lateral también podría ocupar la demarcación de defensa central. Él mismo se encargó de disipar las dudas en su presentación: “Vine aquí para jugar de lateral”. Y efectivamente, así fue. Víctor confío desde el primer momento en él para ese puesto por delante del luso Luisinho, y si bien su aportación a nivel defensivo fue bastante impecable, lo cierto es que en muchos encuentros se echó en falta un poco más de atrevimiento a la hora de subir la banda y apoyar a su interior en ataque. Veteranía y seguridad fueron sus principales virtudes.
LUIS ALBERTO
El gaditano cedido por el Liverpool era una de las grandes incógnitas de los nuevos fichajes, pero a nivel ofensivo fue sin duda el mejor aliado del ‘crack’ del equipo Lucas Pérez. Con el coruñés formó el dúo de los ‘pishitas’ o también llamado ‘Zipi y Zape’, y con seis tantos y siete asistencias fue uno de los grandes aciertos de la secretaría técnica este verano. Su desparpajo y su visión de juego fueron sus mejores aliados, si bien en algunos encuentros pecó de falta de intensidad y de una mayor agresividad. En cualquier caso, dada su juventud y su margen de mejora, el andaluz tiene un futuro prometedor por delante.
PEDRO MOSQUERA
Junto con Lucas Pérez y Álex Bergantiños, en su primer año como deportivista el coruñés se convirtió en uno de los buques insignia para la grada. Indiscutible para su entrenador en la medular, Mosquera dio en muchos partidos un recital de colocación y de cómo recuperar balones. Además, su pierna zurda fue un guante a la hora de distribuir el esférico y de iniciar los ataques del conjunto blanquiazul. Logró meterse a la hinchada en el bolsillo tras su decisión de no irse al Valencia en el mercado de invierno y prolongar su estancia con la escuadra de su ciudad natal. Su rendimiento, al igual que el de todo el Deportivo, fue de más a menos, pero es sin duda uno de los grandes activos del club gallego.
FAYÇAL FAJR
Un todoterreno y uno de los jugadores más destacados en esta recién finalizada temporada. Víctor lo utilizó como comodín en el centro del campo, tanto por el centro como especialmente en las bandas, y su privilegiada condición física acompañada de su brillante técnica lo hicieron un futbolista indispensable tanto a nivel defensivo como ofensivo. Junto con Pedro Mosquera, el mejor centrocampista del plantel coruñés.
CANI
Se esperaban grandes cosas del jugador que durante tantas temporadas había maravillado en el Villarreal, pero las lesiones y sus problemas físicos hicieron que el futbolista maño tuviese finalmente un papel totalmente secundario participando únicamente en 18 encuentros con la elástica deportivista. En algunas de sus actuaciones hizo gala de la gran técnica y calidad que atesora, pero en cualquier caso sus dificultades para poder rendir al cien por cien durante los 90 minutos fueron un importante lastre durante su estancia en A Coruña.
FEDE CARTABIA
Si la dinámica general de los jugadores del Deportivo fue la de ir de más a menos, en el caso del jovencísimo futbolista argentino fue todo lo contrario. No gozó de demasiadas oportunidades en el tramo inicial de campeonato –pese a haber anotado un golazo ante el Betis en la jornada 5- y Víctor Sánchez del Amo lo utilizó básicamente como revulsivo. Sin embargo, en la parte final del campeonato, cuando más le pesaban las piernas a sus compañeros, el talentoso atacante logró hacerse con la titularidad como extremo diestro e hizo gala de su velocidad, su buen disparo y facilidad de regate. Si consigue mantener ese rendimiento, será un jugador a tener muy en cuenta.
JONATHAN RODRÍGUEZ
Dado que nadie tenía claro a inicio de temporada quién iba a ser el ‘nueve’ del Deportivo, y con las dudas sobre si Oriol Riera era el mejor candidato a ocupar esa demarcación, el uruguayo aterrizó en A Coruña procedente del Benfica con el cartel de ‘joven promesa’ y con un perfil que hacía ilusionar a parte de la afición. Nada más lejos de la realidad. Disputó 13 partidos en los que no fue capaz de anotar ningún gol –pese a haber tenido buenas ocasiones en algunos de ellos-, y cierto es también que no gozó de las oportunidades ni de la continuidad que sí tuvieron otros compañeros. Se quedó fuera de muchas convocatorias y su papel no fue el aguardado.
MANU FERNÁNDEZ
El asturiano vivió su segunda etapa como deportivista tras llevar varias semanas entrenando en solitario y sin equipo. Llegó como tercer guardameta, pero las lesiones de Fabricio y de Germán Lux terminaron por hacerlo titular en el tramo final del campeonato, y todo ello pese a varias actuaciones poco afortunadas y a pesar de tener en el vestuario a un portero internacional como Pletikosa. Cierto que el pobre nivel defensivo del equipo en la parte final de la liga y la presión no fueron sus mejores aliados, pero parece evidente también que su nivel no está a la altura suficiente para ser titular en Primera División.
PLETIKOSA
Su fichaje en el mercado de invierno fue un tanto sorprendente, y más extraño se hizo finalmente cuando a la hora de la verdad el técnico deportivista decidió no contar con sus servicios y sí con los de Manu Fernández tras la lesión de Lux, lo que podría significar que su llegada no contaba con el beneplácito del entrenador, ya que es difícilmente entendible su fichaje y su posterior rol en el equipo como cuarto guardameta. Disputó el último choque ante el Real Madrid en lo que fue su despedida como profesional y se llevó un grato recuerdo de la afición de Riazor.
Pablo Antelo