01 de octubre de 2011. Deportivo 4-0 Guadalajara. Estadio de Riazor.
Probablemente el partido donde el equipo dirigido por José Luis Oltra desarrolló su mejor versión de ataque en una tarde mágica de Juan Carlos Valerón. El ‘Flaco’ desplegó todo su repertorio de pases y regates, y unió a su fiesta a un Álex Bergantiños ovacionado por su público en el día más feliz de su vida futbolística. El ‘Koeman’ coruñés marcó sus dos primeros goles como blanquiazul entremedias de las dianas de Andrés Guardado y Diogo Salomão. La victoria más abultada y plácida de la temporada contra un rival que apenas dio sensación de peligro sobre la portería de Aranzubia.
12 de febrero de 2012. Hércules 1-4 Deportivo. Estadio Rico Pérez.
El Deportivo fue un rodillo en el estadio alicantino contra un Hércules que había empezado la temporada como líder pero que con el paso de las jornadas fue perdiendo gasolina y posiciones. Con un fútbol aseado y fluido en la línea de tres cuartos, el conjunto gallego consiguió ponerse 2-0 en la primera parte por medio de Riki y Bruno Gama. Tras el descanso, Urko Vera rebajó la euforia en una carambola en el área gallega y amilanó las esperanzas coruñesas de conseguir una victoria cómoda. No obstante, cerca del final Salomão desde la frontal y Riki en una carrera de más de 50 metros sentenciaron para los de Oltra.
15 de abril de 2012. Celta 2-3 Deportivo. Estadio Municipal de Balaídos.
Paso de gigante el que dio el líder en su visita al campo del eterno rival. A los dos minutos Riki adelantó a los herculinos con una vaselina sobre Yoel después de un pase preciso y entrelíneas de Domínguez. Puso el 2-0 Lassad tras una conexión con Guardado, momento en el que Oltra retiró del terreno de juego a Valerón y el Dépor perdió el dominio. Remontó el Celta con goles de Quique De Lucas y Catalá, y arrinconó a los blanquiazules. Pero sobre la bocina, y cuando el partido languidecía, Borja –ese futbolista silbado en su presentación por su supuesta admiración por el conjunto celeste- le dio la victoria a los visitantes al aprovechar un rechace de Colotto que rebotó en el larguero. Emoción incesante, felicidad desbordada
Daniel Méndez