Mediado el mes de agosto, saltó la noticia de un enfrentamiento en pleno entrenamiento entre el recién fichado Alejandro Arribas y Luisinho. Tras una intensa discusión, los dos futbolistas se encararon y acercaron sus cabezas hasta que los demás compañeros los separaron. El entrenador del Deportivo dio por finalizado el entrenamiento y citó nuevamente a la plantilla ese mismo día por la tarde para ejercitarse. Multa para el central, suspensión de empleo y sueldo al luso –por reincidente- y un sonado “esto ocurre en todos los equipos”, zanjaron el asunto. Nada más lejos de la realidad.
Aquel día, la pelea no se produjo solamente en el césped de Abegondo, y como finalmente se supo, hubo continuidad en el vestuario, con un golpe del portugués al guardameta Germán Lux y acaloradas discusiones. Sin embargo, la política comunicativa del club durante todo el campeonato fue la del mutismo absoluto, a pesar de que durante varias jornadas se vivieron situaciones que tanto a la prensa como a la afición le resultaban extrañas. De repente, Luisinho no iba convocado “por problemas físicos” y la web oficial del Deportivo no facilitaba su parte médico –como sí hacía con el resto de lesionados-. Otro día, era Alberto Lopo el que se caía de manera un tanto sorprendente de la lista. Fueron pasando las semanas, llegó una racha negativa de resultados, y los coruñeses viajaron a Villarreal con el objetivo de amarrar la permanencia y no dejar los deberes para la última semana ante el Real Madrid.
Con un clima muy alterado tras la dura derrota sufrida en el duelo previo ante el Getafe en Riazor (0-2)–que dio vida a los madrileños- Víctor Sánchez del Amo tomó la decisión de no citar para El Madrigal ni a Luisinho ni al catalán Alberto Lopo. Durante la semana, el zurdo portugués ya había sido apartado de los entrenamientos y posteriormente readmitido tras una conversación de Tino Fernández con el técnico herculino. El Deportivo derrotó al Villarreal (0-2) y consiguió la permanencia. Restaba un partido para finalizar la Liga BBVA y Víctor decidió apartar nuevamente al defensa luso de los entrenos, y hacer lo mismo en esta ocasión con el zaguero Lopo. Y con el objetivo conseguido, del silencio se dio paso al alboroto.
“En la plantilla estamos veintipico jugadores que somos profesionales. Quizás alguno no lo ha sido del todo bajo mi modo de ver”, acusó en rueda de prensa Pedro Mosquera. Esas declaraciones parecían señalar claramente a los dos compañeros apartados. Después, Jorge Teixeira –representante de Luisinho- concedió una explosiva rueda de prensa en la que cargó contra el míster. “El problema real de Luisinho es un problema personal con Víctor Sánchez del Amo”, a lo que añadió que el conflicto “no empezó con el tema de Arribas, Luisinho cometió un error humano después del partido de la temporada pasada contra el Atlético”, y criticó duramente al técnico.
Esa comparecencia tuvo rápida respuesta por parte de varios protagonistas, entre ellos, Alejandro Arribas y el propio preparador madrileño. Víctor explicó que los incidentes con el luso ya se venían produciendo desde la etapa de Fernando Vázquez, pero que él siempre trató de darle oportunidades pese a su mal comportamiento dentro del plantel. Tras su llegada, hubo conflictos ante el Atlético de Madrid en el campeonato pasado, el día de la derrota ante el Elche y nuevamente en la recién finalizada temporada en numerosas ocasiones. “A mí me ha llegado a amenazar diciendo que tenía que jugar y que sino lo hacía me iba a generar muchos problemas”, aseguró. Sobre Lopo, habló de una actitud “bipolar”, siendo buena cuando iba a jugar y restando cuando no lo iba a hacer, llegando a ausentarse de algunos entrenamientos sin permiso.
Demasiados escándalos extradeportivos dentro de un vestuario de Primera División y de un equipo humilde que se estaba jugándose nada menos que la permanencia en la élite. Por ello, con el campeonato finalizado, los dirigentes de la entidad deportivista tienen la dura labor de hacer una limpieza en profundidad y de tomar medidas para que algo tan grave no vuelva a manchar el escudo del Deportivo.
Pablo Antelo