1. No mereció perder el Deportivo el encuentro del pasado domingo en el Wanda Metropolitano. Era el debut en este estadio después de vagar muchas temporadas en el Vicente Calderón sin conseguir ningún premio. El Dépor jugó bien y creó muchas ocasiones de gol. Fue, junto al del Espanyol, el mejor partido que mostró el equipo desde que Clarence Seedorf ocupa el banquillo. Perdió en una acción de penalti que pocas veces se señala y tras encajarlo no se rindió, no bajó los brazos. Sin embargo, no sirvió ni siquiera para sumar un punto.
2. La acción determinante, la acción que marcó el partido, fue el penalti señalado por Trujillo Suárez de Pedro Mosquera sobre Saúl. El forcejeo existe, para mí completamente insuficiente para señalar pena máxima. Además, el propio Saúl lo exagera de tal forma que cae hacia el lado contrario al que está siendo agarrado. Inexplicablemente el árbitro tinerfeño señala el punto de penalti para estupefacción de los jugadores del Dépor y del jugador internacional del Atlético, que se encuentra en ese momento dándole la pelota a Rubén para que saque de puerta. Difícil saber si con VAR esa acción se hubiese rectificado.
3. Hizo un buen partido el Deportivo en el Wanda pero falló en los últimos metros, tónica desde la llegada de Seedorf al banquillo coruñés. Lucas Pérez tuvo dos ocasiones clarísimas para adelantar a su equipo, Pedro Mosquera falló a puerta vacía una acción de estrategia y Borja Valle se pudo plantar solo ante Oblak de enfilar la carrera desde el centro del campo en línea recta. El Atlético no suele ofrecer muchas posibilidades en sus partidos y el Dépor no lo aprovechó.
4. Cambió Clarence Seedorf el habitual rombo en el centro del campo que venía utilizando en los últimos partidos. En este caso apostó por poblar el centro del campo con un 4-3-2-1. La punta quedó únicamente para Lucas Pérez, con Adrián López y Emre Çolak en una doble mediapunta. Juego interior del asturiano y del turco que ayudó al Dépor a tener posesión.
5. En ese novedoso esquema planteado por Seedorf destacó el turco Emre Çolak. El ex de Galatasaray fue un dolor de cabeza constante para los centrocampistas atléticos, incapaces de identificar por dónde caía el mediapunta otomano, siempre a sus espaldas y de cara a los centrales. Es un futbolista que en el campo agrupa y lidera, gana ventaja con sus controles orientados y sus pases certeros. Los mejores minutos del Dépor esta temporada fueron con el turco a los mandos.
6. Ocupó su posición y no lo hacía desde el partido contra el Espanyol. Fue protagonista negativo en defensa con el penalti y en ataque con el remate desviado, pero movió el timón del equipo mejor que cualquiera que haya jugado en esa posición con Seedorf. Pedro Mosquera fue el mediocentro posicional en el Wanda y de esta forma el mejor compañero de centrales e interiores. Dio salida a los primeros y conectó constantemente con los segundos. Bien Pedro y bien Guilherme como interior derecho.
7. Me faltó que el Dépor arriesgase más en los últimos minutos. Que perdiese la cabeza. Da igual perder 1-0 que 4-0 a estas alturas. No movió la línea de 4 defensas el técnico neerlandés, ni siquiera en los minutos finales. Parecía que el Dépor quisiese guardarse algo -ese 1-0- que de nada le servía. Me faltó la intención de someter al Atlético a través de envíos largos en los últimos instantes. Si después te pillaba Diego Costa en una contra… ¿qué tenías que perder?
8. En estos momentos de la temporada no valen las excusas ni alimentan las buenas sensaciones. Es verdad que el Dépor rindió a un gran nivel en el Wanda, pero en el avión de vuelta desde Madrid no viajaron ninguno de los tres puntos que estaban en juego en feudo rojiblanco. «Jugar como nunca y perder como siempre», le comentó un periodista a Pedro Mosquera en zona mixta. Es lo más cercano a la realidad. La situación es límite y solo una hazaña salvaría a este equipo. El Dépor está a 8 puntos de la salvación con 24 por jugarse, varios de ellos de una exigencia máxima.