El Dépor ABANCA despedirá el 2021 como líder de su grupo en la Reto Iberdrola. Y lo hará gracias al buen trabajo colectivo y a nombres propios como el de Ainhoa Marín (Badalona, 2001). La extremo catalana ha explotado en A Coruña, y así lo atestigua su última actuación. Con unas condiciones técnicas notables, la ex del Seagull ha encontrado el contexto para sacar su mejor versión. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado? Lo cuenta en la entrevista.
Empecemos por el principio. ¿Qué te lleva a firmar por el Dépor el verano pasado?
Creo que el hecho de tener a mi familia apoyándome para irme de casa, para vivir fuera. Sentir el apoyo de mis padres, porque yo soy una chica muy familiar, ver que estaban de acuerdo y me animaban a que viviese otras experiencias, fue el detonante.
A nivel futbolístico, ¿qué buscabas aquí?
Ser regular como jugadora. Yo considero que soy una jugadora que, en todos los equipos en los que he estado, siempre me ha faltado esa regularidad. Me ha faltado tener minutos más seguidos, verme con más confianza, y creo que aquí lo estoy encontrando. Por eso, cada día me siento mejor, porque eso sí lo noto en este club. Y me hace no relajarme para seguir así el resto de la temporada.
¿Qué es lo que ha cambiado en el Dépor para que aquí sí seas regular?
La confianza en mí misma, ver que en poco tiempo estoy creciendo un poco más y el estar sin mi familia, por así decirlo. Ellos siempre me han protegido en ese sentido, siempre he tenido a mi padre muy cerca, en cada partido… Ahora es exigirme con menos presión. Al estar fuera de casa, a lo mejor tengo cualquier tontería, como por ejemplo: “Vale, Ainhoa, te tienes que preocupar por hacerte la comida para tal”. Y es el simple hecho de estar menos preocupada por lo que es el fútbol. Estar viviendo mi vida aquí me ha hecho relajarme en ese sentido y me permite disfrutar. ¿Me entiendes?
Te refieres a que ahora tienes otras inquietudes y no estás toda la semana pensando en el fútbol.
Sí, lo he hablado con mi padre. Él me lo dice, me dice: “Ahora te estoy viendo disfrutar como lo hacías de pequeña”. Es como si estuviese complementando el fútbol con otros aspectos de mi vida, y eso me hace no presionarme tanto. Me he dado un respiro de esa presión que he llevado encima siempre desde pequeña. Y por eso creo que estoy disfrutando tanto.
¿Cómo ha sido para ti esta última semana después del partido del Levante Las Planas?
Se acabó el partido y creo que todas tuvimos que sentir lo mismo: una felicidad enorme, algo que necesitábamos sentir cada una de nosotras, esa satisfacción por el trabajo que hemos estado realizando durante todos estos meses. Eso sí, pasan los días y tú te acuerdas de lo que acaba de suceder, pero ya no te vale vivir de eso. Y te tienes que centrar en que ahora mismo que viene el parón no haya relajaciones, y en pensar ya en el Espanyol.
Ainhoa Marín: «Me he dado un respiro de esa presión que he llevado encima siempre desde pequeña»
¿Qué supuso para ti saber que estaban tus padres en la grada contra el Levante?
Para mí fue muy importante. Hacía tiempo que nos lo veía, cada día mi madre y yo nos escribíamos diciéndonos lo mucho que nos echábamos de menos, y para mí que ellos estuvieran allí… Además yo tengo amistades en el Levante Las Planas, y para mí también fue bonito ese reencuentro de mis amigas con mi familia. Fue muy importante.
Es lo bonito del fútbol femenino, ¿no? Esa esencia, esa cercanía que no se pierde.
Me gustó mucho ver a algunas personas que juegan ahí. Sobre todo, a Esther Solà. Es una jugadora que compartió vestuario conmigo el año pasado, en el Seagull, y también antes en el Espanyol. Y fue muy bonito volverla a ver porque, claro, en los findes libres, yo bajo a Barcelona y ella se va a su casa, entonces no hay momento en el que podamos coincidir. Tener ese rato de una conversación intensa el sábado pasado me gustó mucho.
El juego
Hablemos del juego. Una de tus mayores virtudes es ese primer contacto con el balón, ese primer contacto tan rápido que haces. ¿De dónde te viene?
Creo que es fruto de la improvisación. Cuando tú recibes balón, ya no es que pienses en lo que vas a hacer, sino que, lo que hagas, lo hagas muy rápido. Ahí la rival va a ser difícil que te pueda coger, que pueda prever por donde vas a ir. Cuanto más rápido lo hagas, menos posibilidades tiene de adivinártelo. Si tú vas con una marcha más hacia, imagínate, girar a la derecha, ya tienes esa ventaja sobre ella.
Volviendo al inicio, decía tu padre que te está viendo disfrutar como cuando eras pequeña. Esa es otra de las claves en cuanto al juego, ¿no? Liberarte para hacer lo que siempre has hecho.
Sí, también me lo dice porque llevaba unos años bloqueada. En el sentido de que, a lo mejor recibía balón y no tenía esa estabilidad como tú me estás diciendo, esa soltura con el primer control para improvisar un poco más. Me veía muy cohibida, muy bloqueada. Por eso ahora él me ve que cuando recibo tengo esa libertad. Creo que también va un poco con el modelo de juego que propone Miguel. Es un sistema que a mí, personalmente, como soy delantera, me facilita mucho más que tenga esa improvisación. Va unida también a eso.
Ainhoa Marín: «Llevaba unos años bloqueada. A lo mejor recibía balón y no tenía esa esa soltura con el primer control para improvisar un poco más»
La selección y el objetivo del Dépor ABANCA
¿Qué ha supuesto para ti volver a Las Rozas, con la selección, varios años después?
Realmente, lo hablaba con mi familia y con María Ruiz, que es mi compañera de piso, estoy muy contenta, pero creo que ha sido una recompensa hacia el equipo y hacia el modelo que proponemos. A ese salir jugando, ser atrevidas… Creo que ha sido un poco eso. Si un equipo cualquiera a lo mejor no propone lo que nosotras proponemos, si es un poco más directo, no hay esas relaciones entre jugadoras… Esto es una recompensa a lo que estamos gestando y a lo que queremos hacer, que es llevar al Dépor a lo más alto.
Es un empujón de: “Seguid por esta línea, que vais bien”.
Va un poco por ahí. Es un toque de atención a que merecíamos, a lo mejor, que una de las jugadoras del Deportivo representase al club. En este caso, me ha tocado a mí, porque al final también en los equipos lo que más destaca es la delantera. Pero podían haber sido María Ruiz, Paula Gutiérrez… Cualquier jugadora.
La última. Decías que venías a Coruña a dar un pase adelante en tu carrera, pero también vienes a por el ascenso, ¿no?
Claro. Tú te provocas tus propias ambiciones. En mi caso, aparte del reto personal que estoy teniendo aquí, viviendo sola, organizándome yo mi vida, sin mis padres detrás haciéndome las cosas… Aparte de ese reto, también está el colectivo, el que tenemos todas, que es el de llegar a Primera División. Y también ese proyecto que se nos planteó, en especial a mí, fue un empujón más hacia firmar por el Deportivo.