Todo bien, salvo el gol. El fin último de un proceso ofensivo es conseguir marcar un gol en la portería contraria pero en este aspecto no anda fino el Deportivo recientemente en Riazor. El día de la Cultural el Deportivo jugó realmente bien: dominó al rival, a través del balón, por muchos tramos del partido; casi no le generaron ocasiones (salvo en las, ya comentadas en su día, pájaras temporales durante el partido) y tuvo varias y claras ocasiones para adelantarse en el marcador con el 0-0. Este sábado pasó algo muy parecido, el Depor generó ocasiones de sobra para haberse adelantado en el marcador, sería difícil contabilizarlas todas; las más claras, de las que todos nos acordamos con facilidad y hubo también otras, que si el disparo o remate hubiese salido más cerca de los palos serían contabilizadas como “claras”. Es difícil comprender que con un caudal ofensivo tan amplio un equipo como el Depor y con el talento que tiene arriba no fuese capaz de materializar ninguna de ellas pero…
La fase ofensiva del Deportivo – Córdoba
El Depor entró muy serio al partido, con mucho respeto (ambos se lo tuvieron casi todo el partido, más el Córdoba al equipo local) por el rival que tenía enfrente pero con intención clara de ir a por la victoria sin miramientos. El Depor empieza a ser reconocible con balón con una serie de mecanismos organizativos y de funcionamiento que cada vez están más engranados y son más eficaces. Los 3 de dentro siguen distribuyéndose muy bien las zonas y funciones, Rubén, normalmente, es el encargado de descender a la altura de centrales y dar una salida limpia; Isi Gómez, suele ocupar la base y ayudar en esa fase inicial y Olabe (una auténtica barredora) sustenta los avances del equipo deportivista. El Depor tuvo muy claro cómo gestionar el balón, sabía que un fallo (que los tuvo graves y pudieron costar caros) en determinadas zonas o con el equipo mal estructurado podía costarle el partido contra un rival como el Córdoba y cometió muchos menos que en partidos anteriores en Riazor. Por ello, el Depor hacía que el balón por dentro sólo pasase y que llegase rápidamente a las bandas donde el Depor le hacía realmente daño al equipo rival. El Córdoba se estructuró con un 1-4-4-2 y los 4 del medio no conseguían abarcar el ancho del campo de Riazor; con lo que, cuando llegaba el balón a fuera (después de muy rápidas circulaciones), sobre todo a la banda derecha, el equipo blanquiazul castigaba al equipo rival.
En la fase de inicio, la ubicación de Rubén al lado de los centrales generaba varias superioridades; en primer lugar, contra los 2 delanteros rivales y el Depor conseguía hacer una salida limpia y progresar; en segundo lugar, contra el interior y lateral rival, con lo que muchas veces Rubén, tras librar a los 2 puntas rivales, tras conducir un poco o tras “salto” a destiempo de Simo encontraba vía directa con Antoñito y pillaba al Córdoba corriendo para atrás hacia su portería. La banda derecha y, sobre todo, Quiles estuvieron a un nivel altísimo. Lo de Quiles este sábado fue un auténtico espectáculo; como se suele decir “juega a otra cosa”.
En el minuto 28, el delantero deportivista robó un balón en el medio del campo y lo que hizo a continuación merecía la pena verlo acoplándole la famosa narración de Víctor Hugo Morales al gol de Maradona en la semifinal Argentina-Inglaterra del mundial 86: “Arranca por la derecha el genio…”. Salvando las distancias evidentes, todo el proceso iba prácticamente igual, sorteando todo lo que le salía al paso, que la famosa jugada pero, por desgracia para el Deportivo, el final, no.
Acto seguido, un Quiles imparable, tras un gran pase de Isi Gómez, se planta delante del mejor jugador rival el sábado, Carlos Marín, y no es capaz de materializarlo en gol. El sábado “volaba” Quiles, no eran capaces de frenarle, incluso, en muchas ocasiones ni le metían el pie, sabedores de que no se la iban a robar, espectáculo.
En líneas generales, el Depor brilló a un altísimo nivel ofensivo, con una banda derecha espectacular con la que las conducciones de fuera a adentro de Quiles y las incorporaciones (en tiempo y forma perfectas) de Antoñito, con 3 medios que cada vez se entienden mejor y son dominadores de su parcela, con centrales que gestionaron mucho mejor el balón…
Sin embargo, tuvo algunos “pero” el Depor, a mi entender. En primer lugar, la banda izquierda, a nivel ofensivo, no estuvo al mismo nivel que la otra (cosa que me parece normal si Quiles está en la otra y está a ese nivel…). Mario Soriano no se le vio prácticamente y Raúl estuvo más impreciso que en otras ocasiones y apenas puso esos centros tan peligrosos que venía poniendo. Por otro lado, Svensson tiene cosas buenas y que le vienen muy bien al Deportivo como esa capacidad para atacar el espacio en desmarques de ruptura que facilitan opciones de pase al compañero cuando le aprietan en avanzado al Depor o genera esos espacios para que Quiles, Mario y los de dentro encuentren espacios. También, tiene una gran cobertura técnica y se vio como varias veces jugaban directo sobre él para que aguantase el balón de espaldas y diese una salida al equipo. Sin embargo, con el balón en los pies se le complica la cosa, tanto a nivel técnico como a nivel decisional, lo vi bastante descentrado y desubicado. Creo que Óscar confía en él por sus aspectos buenos que ayudan, y mucho, al equipo pero, sin embargo, cuando el equipo no está fino de cara a portería todas las miradas se dirigen al 9, eso es así. Aunque varios jugadores hayan fallado muchas ocasiones, si el equipo no marca goles las miradas van al 9. Por otra parte, siendo justos, de los jugadores ofensivos que saltaron al campo el sábado, él fue el que quizás estuvo más gris y eso que Mario Soriano no tuvo su día. En relación al tema del 9, no sé cuál es el nivel real que Gorka puede llegar a dar en el Deportivo dándole continuidad y confianza; pero, lo que sí es cierto que la temporada pasada rindió a un nivel excelente y eso fue lo que le hizo ser fichado y no ha gozado, ni de lejos, de la confianza y oportunidades de otros jugadores.
Después entraron Kuki, Villares y Peke.
El primero sin pena ni gloria, Villares estuvo correcto y Peke, que tuvo más minutos que otros días, estuvo a un buen nivel. Personalmente, cada vez que tiene la pelota me da la sensación de que “va a pasar algo”, de que la jugada suele mejorar con él, cada vez lo veo más asentado. En esos 20 minutos que tuvo, le dio tiempo, entre otras cosas, para meterle un gran pase a Kuki y dejarlo dentro del área para otra ocasión clarísima más del Deportivo.
Fase defensiva del Dépor – Córdoba
Con el paso de las semanas, se percibe más la mejoría del equipo en esta fase de juego. Este sábado el Deportivo tuvo muy clara su idea, apretar al Córdoba arriba siempre que podía orientando la presión para que saliesen por su lado derecho y obligando a que su central derecho, Moreno, fuese el que tuviese que tomar la decisión. La mayoría de las veces, tras una gran presión y con unas trayectorias de acoso muy bien dirigidas, terminaba jugando en largo para que Antonio Casas o Kike Márquez “sacasen algo”. Estos dos (vaya dos, por cierto, 10 goles entre ambos) pasaron desapercibidos este sábado por Riazor, lo que habla del gran nivel defensivo del equipo en general y de la última línea en particular.
En lo relativo al funcionamiento defensivo, Rubén subía una línea y se colocaba a la altura de Svennson, mutando el sistema deportivista a un 1-4-4-2. Los dos “delanteros” deportivistas dirigían su acoso tapando la salida cordobesa, estando uno próximo a Gudelj y el otro tapando la línea de pase al medio y, en cuanto el balón iba hacia Jorge Moreno (central izquierdo), activaban la presión con trayectorias que cerraban los posibles giros de juego y obligaban a éste a decidir relativamente rápido.
Cuando el Córdoba estaba en campo deportivista, Rubén se acercaba más a la línea de medios y Svensson quedaba más descolgado entre centrales preparado para la posible transición ofensiva deportivista. German Crespo colocó a Antonio Casas entre Jaime y Lapeña con la intención de fijarlos y a Kike Márquez entre Jaime y Antoñito buscando generar superioridad con él, Simo y Calderón (lateral izquierdo) muy avanzado. Sin embargo, como ya comentamos, el equipo deportivista apenas sufrió defensivamente y esa superioridad casi nunca fue aprovechada por el equipo cordobés.
Transición ofensiva
Como ya comentamos, fue un partido de mucho respeto y esto se suele traducir en poca progresión, a nivel numérico, ofensiva de los equipos. Es decir, el Córdoba cuando estaba en proceso ofensivo lo hacía con no muchos efectivos, con la intención de que si le robaban la pelota el Depor no le hiciese daño en las contras. Aun así, Quiles y compañía tuvieron alguna posibilidad de correr en transición y generaron realmente peligro. Los rivales saben que como dejen correr y tengan espacio los jugadores deportivistas pueden destrozar a cualquiera.
Transición defensiva
La verdad es que el Córdoba no fue capaz de pillar desguarnecido al equipo deportivista en ningún momento por, llamémoslo de alguna forma, “méritos propios”. Me explico; las contras más peligrosas del Córdoba vinieron de alguna de las “liadas” (no sé qué otro calificativo utilizar) que en todos los partidos el equipo deportivista hace. Un pase hacia dentro comprometido, uno resbala y el rival se planta en tu portería, menos mal que ellos estuvieron súper imprecisos y mal a nivel decisional en varias acciones de este estilo… También, en otras ocasiones, excesivo riesgo en combinaciones en zonas comprometidas que suponen pérdidas peligrosísimas porque hay muchos jugadores por delante del balón, el equipo (al estar en fase ofensiva) está abierto…
Al Depor, le hacen ya menos transiciones por este tipo de acciones pero deberían muchas veces ciertos jugadores sopesar el equilibrio beneficio-pérdida de esas decisiones.
A DESTACAR:
- Roberto Olabe: es una auténtica “barredora”. Ese mal llamado “trabajo sucio” lo hace a la perfección. En fase defensiva, gana la inmensa mayoría de los duelos individuales que tiene, realiza constantes ayudas a sus compañeros, es súper contundente y “marca su terreno”, abarca muchísimo campo… En la transición defensiva, está siempre súper concentrado y por eso se ubica correctamente para cortar los posibles contraataques rivales. Con balón es correcto, se compenetra muy bien con los otros dos, no retiene en exceso; personalmente, lo considero vital para el Depor.
- Los de dentro: siguen a un nivel altísimo. Algo tan difícil como “ganar el medio” lo llevan haciendo ya unas cuantas jornadas y de manera muy buena y coordinada. Hay momentos que circulan el balón con una velocidad y precisión (fueron muy precisos este sábado) tan alta que el rival está tiempo sin tener siquiera posibilidad de andar cerca de recuperarlo y cuando lo hacen están tan hundidos que no pueden contratacar. El buen funcionamiento de estos, la sala de máquinas deportivista, permite que los laterales ganen altura cuando deben, que el equipo esté junto (que no apelotonado), que los de fuera puedan aparecer por dentro, que las vigilancias ofensivas se puedan realizar correctamente… permiten que todo suceda cuando de debe suceder. Cuando estos no están preciosos y/o coordinados el juego no va al ritmo que debe y el Depor se descontrola…
Los centrales: imperiales. Les tocó bailar con las más “feas”, Kike Márquez y Antonio Casas, y los “secaron”. Hicieron un partido sin lagunas graves e incluso Jaime salvó el posible 0-1 en el 89 bloqueando un remate de Willy desde dentro del área. - Antoñito: reconozco que tengo debilidad por Trilli y me encantaría que jugase más pero estando Antoñito al nivel que ha estado este sábado parece complicado que Óscar lo siente, salvo por “rotación”. La banda derecha fue una auténtica delicia. Quiles y él se entienden a la perfección, cuando Antoñito se incorpora (siempre en el momento preciso) consigue dividir la atención de la defensa rival y facilitar las peligrosísimas conducciones de fuera a dentro de Quiles. Además, cuando tuvo el balón en los pies fue capaz de sacar centros peligrosísimos o mantener la posesión cuando no había posibilidad de avanzar o de sacar un centro al área provechoso. Vuelve a tener ese nivel altísimo de cuando se incorporó al Deportivo con la temporada ya empezada.
- El gol: asignatura pendiente del equipo deportivista. Como comentaba, siempre se mira al 9 pero de Svensson no consigo recordar una ocasión clara que tuviese. De nada valen todas las alabanzas que se hagan del juego deportivista si no se consiguen materializar en goles, es así. De todas formas, en mi opinión, sería mucho más preocupante si el equipo no generase ocasiones de gol. No sé cómo actuará el club en el mercado invernal o si siquiera actuará pero este aspecto es algo en lo que el equipo debe mejorar sus prestaciones (los que hay o los que vengan) si quiere estar arriba en la clasificación.
- Lagunas: fue un partido mucho más serio a nivel de concentración del equipo deportivista que en otras ocasiones. Se vio al equipo más “estable”, más maduro y cada vez da más la impresión de equipo con “hechuras”. Sin embargo, hubo algunas acciones o pases aislados que le pudieron costar caro si el Córdoba hubiese andado atinado. Hay momentos que el equipo se descontrola y el ímpetu por marcar desorganiza tanto al equipo que el partido se convierte en un correcalles donde suele salir mal parado el Depor.
- Quiles: Quise dejar para el final a esta bestia. Lo del sábado fue un recital, fue de jugador de otra categoría, de jugador con galones, con personalidad, sobrado… La llegada de Óscar ha sido el resurgir de Quiles, se encuentra cómodo, a su aire, encuentra su cómo y su cuándo en el juego deportivista y está con tanta confianza que coge la pelota y dice “vamos para delante” ¡¡y va!! ¿Que ellos son 6 y nosotros 3? Da igual, yo voy a jugar a escondértela, a que pienses que voy a pasarla pero sigo con ella cosida al pie ¿Que sabes que voy a ir de fuera a dentro? Me da igual, voy a hacerlo y en cada una de estas conducciones te voy a hacer dudar de si paso, tiro, cambio la orientación de juego o voy regateando hasta el área. Los rivales ni le metían el pie en muchas ocasiones sabedores de que como lo hiciesen lo mismo descubrían una opción que el jugador deportivista iba a encontrar y con la que les iba a penalizar. Hubo momentos que sus propios compañeros de equipo hacían como en el patio del colegio, dale la pelota a Quiles y que él “invente”. ¡¡Que siga inventando!!
Manuel Losada, entrenador nacional y profesor Escuela Gallega Entrenadores.