El dibujo inicial, el cambio de posición de José Rodríguez, el balón parado o la falta de identidad de este Dépor, temas de interés del análisis del encuentro.
1. Intentó el Deportivo tener un inicio frenético en el Sánchez Pizjuán. O al menos eso es lo que se interpretó en los primeros minutos. No por los nombres del once de Víctor Fernández, pero sí por el dibujo que presentó en Sevilla. Se trataba de presionar la salida de balón del Sevilla y que tanto Nico Pareja como Carriço no conectasen fácilmente con Banega. José Rodríguez era el encargado de dificultar esos comienzos de las jugadas junto a Toché, mientras que Haris Medunjanin y Álex Bergantiños se quedaban esperando algo más retrasados. Sin embargo, el centrocampista alicantino cedido por el Real Madrid tenía que replegarse y llegar continuamente a defender cuando se superaba esa línea de presión inicial. Fueron diez primeros minutos en el que el conjunto de Emery buscó los puntos débiles de los gallegos y se los encontró. Porque solo presionaba José.

2. El técnico de Hondarribia mandó a su equipo tocar y tocar, primero entre los centrales y luego entre los centrocampistas hasta llegar a los delanteros. Avanzando líneas con tranquilidad, sin dar pasos en falso y sometiendo a su rival a través del balón. De esta forma cansaba física y mentalmente a los jugadores deportivistas, que no tenían la pelota, y los constantes movimientos de sus atacantes descolocaban y sacaban de sitio a los defensores deportivistas. Por ahí apareció Denis Suárez, con una facilidad inmensa para romper la concentración de las marcas, y Carlos Bacca, que aprovecha los espacios como nadie arrancando con potencia, y los unos contra uno de Vitolo y Deulofeu hacían temblar a los zagueros.
3. Ante el aluvión de combinaciones en el centro del campo y aproximaciones con cierto peligro, Víctor Fernández vio a su equipo vulnerable y buscó una solución. Retrasó definitivamente a José Rodríguez y juntó a sus hombres en un 4-1-4-1 con los mediocentros muy cerca de su portería. Si el Dépor recuperaba el balón, lo hacía a 70 metros de Beto, por lo que era muy difícil crear algún daño al conjunto local. Juanfran lo intentó varias veces. Agarrar el balón en su campo y correr como si no hubiese mañana sin apenas compañía. Al llegar a los últimos metros, sus piernas no estaban frescas para dar pases decisivos. Mientras, el Sevilla se divertía, acumulando ocasiones y dominando cada situación que se le presentaba, mostrando las carencias del Dépor.

4. Una de las carencias del Dépor es el balón parado. Remató Joaquín Larrivey en Balaídos y lo hizo Stéphane M’Bia en el Pizjuán. Lopo, Toché, Sidnei, Haris o José Rodríguez no son los más altos ni los más grandes del mundo, pero debería ser un muro defensivo suficiente para por lo menos infundir respeto en área propia. ¡Y es que la estrategia es importantísima en el fútbol! Cambia partidos y da puntos que valen salvaciones y títulos. El camerunés entró completamente solo tras un bloqueo y marcó el primer gol del encuentro.
5. No es el balón parado la mayor carencia de este equipo. Lo carencia que a mí me parece más determinante del Deportivo es la falta de identidad. Un día sale a tumba abierta, al siguiente a defender, un ratito a presionar arriba, otro ratito juntar líneas y estar cerquita del portero, ahora de nuevo a mover el balón. «Ni defienden ni atacan», me dijo atinadamente ayer un compañero de trabajo. Si en otros encuentros el conjunto blanquiazul se había mostrado competitivo en tramos de los partidos, en el Sánchez Pizjuán el Dépor no compitió ni un minuto. Y eso es preocupante.
6. El Sevilla hizo mucho daño al Deportivo. Mostró su poderío y encontró los espacios que le concedieron. El equipo de Emery -que sigue sin perder contra el Dépor en Liga- disparó en 14 ocasiones desde dentro del área. De tener la puntería de los artilleros del Real Madrid, la goleada podría haber sido parecida a la recibida tres jornadas atrás.

7. Se enorgullecía la afición blanquiazul en verano con la línea de mediapuntas del conjunto herculino. Se les (nos) llenaba la boca al hablar de ello. Que si Cuenca, que si Fariña, que si Salomao, que si Lucas Pérez, que si Medunjanin, que si Cavaleiro… y eso que todavía no había llegado Juanfran, prescindible para muchos su fichaje. Al final, el exbético es el que se ha mostrado más solvente y el más regular de todos. El catalán y el bosnio hasta el momento han mostrado detalles, mientras que el argentino y el portugués han rendido por debajo de las expectativas. A los lesionados se les espera.
8. El Dépor ha recibido 19 goles en siete partidos. Cifras de equipo que va cuesta abajo y sin frenos a Segunda División. Es necesaria una revolución, es necesario dar un volantazo y buscar un cambio de dinámica. Hay una semana de margen para trazar nuevas directrices y entrenarlas. Para desarrollar jugadas de estrategia y entrenarlas. Para defender balones aéreos, ensayar otros dibujos. Para dar confianza, ánimos e ilusión. Para decir que se puede y que se debe. Para hacerse fuertes como grupo y llegar enchufados al partido contra el Valencia. No se han de regalar puntos y menos en Riazor. Si se cae, debe ser compitiendo. Se acabó «defender con la mirada».