Mito del deportivismo… pero también del fútbol español. La hinchada blanquiazul llora la muerte de Arsenio Iglesias, quizá la figura más influyente de la historia del club en sus más de 115 años de historia. Porque el ‘zorro de Arteixo’ no solo fue ‘alma mater’ junto a Augusto César Lendoiro del Súper Dépor. El gran éxito de elevar a los altares del fútbol a un equipo humilde, a ‘su’ equipo, le llegó en el tramo final de su vida deportiva. Pero Arsenio fue mucho más antes y después. Repasamos los cinco momentos clave de la carrera vinculada al fútbol de Arsenio Iglesias.
Debut en el Deportivo… como máximo goleador
Arsenio Iglesias ha pasado a la historia por su labor como entrenador. Pero antes, mucho antes de todo eso, fue un gran jugador de fútbol. El arteixán debutó en Primera División con el Deportivo en la temporada 51-52. Tenía tan solo 20 años cuando se estrenó en el campo de Les Corts ante el Barcelona (6-1), en la jornada 8. Tan solo un partido después llegó su estreno en Riazor con un tanto que abrió el marcador y la victoria ante el Español (3-1). Finalmente, esa temporada la acabó como uno de los delanteros indiscutibles del Dépor y máximo goleador del equipo blanquiazul, con 7 dianas.
Finalmente, Iglesias completó 6 temporadas consecutivas en el club coruñés. Todas ellas en Primera División, en el que fue el período más largo hasta entonces del club en la máxima categoría. Con el descenso en el año 1957, en la que fue su mejor temporada como goleador (8 dianas), Arsenio dejó el Dépor para seguir su carrera en la élite. Fichó por el Sevilla subcampeón de liga, con el que se llegó a estrenar en Copa de Europa.
Gloria en el estreno de Arsenio Iglesias en el banco
Tras foguearse como técnico en el Fabril, Arsenio Iglesias recibió su primera oportunidad como entrenador del Deportivo en el año 1971. Tras la jornada 17, un Dépor recién descendido a Segunda División era tercero en la clasificación al caer en Santander. Entonces, la directiva de la entidad apostó por el de Arteixo para sustituir a Roque Olsen como entrenador.
La llegada de Iglesias al banquillo del primer equipo no pudo ser más exitosa, pues el Deportivo ascendió -no sin sufrimiento- a Primera División en la última jornada de liga al ganarle al Rayo Vallecano (1-0) y arrebatarle uno de los cuatro puestos que permitían saltar a la élite. Tras mantenerse en su primera temporada completa como entrenador del Dépor, el equipo descendió un año después y Arsenio inició un largo período por otros banquillos de la geografía española.
Ascenso y quinto puesto para convertirse en mito también en Alicante
Arsenio Iglesias no se quedó, tras el descenso, en Primera División. Él, al igual que el Dépor, bajó a Segunda. Aunque en su caso para volver inmediatamente a la élite. El preparador coruñés asumió las riendas del Hércules de Alicante, al que devolvió a la máxima categoría en su primer intento. El ‘Bruxo de Arteixo’ visitó Riazor por primera vez como entrenador visitante (1-1) ese curso en el que él quedó segundo con otra elástica blanquiazul, mientras el Deportivo de sus amores acababa descendiendo a la tercera categoría.
Tan solo un año después, como recién ascendido, Arsenio Iglesias logró colocar al Hércules en quinta posición. Fue su mejor clasificación histórica. Tanto que tan solo el goalaverage privó al equipo alicantino de jugar competiciones europeas. Tras dos temporadas más en las que fue sexto y decimotercero, abandonó el club herculano como una leyenda.
Regreso a Primera tras dos intentos fallidos y una salvación agónica
Casi 10 años después de dejar el Deportivo como entrenador -por primera vez-, Arsenio Iglesias regresó al club de su vida, que llevaba un año en Segunda División tras lograr salir del pozo de la tercera categoría. En su primera temporada estuvo a punto de lograr la ‘machada’ de devolver el club a Primera tras una década alejado de los focos de la élite. Era la temporada 82-23. Al Deportivo le valía el empate ante el Rayo Vallecano en la última jornada. Pero perdió 1-2y con esa derrota, una de las más dolorosas de la historia del club, se vio abocado a militar 6 temporadas más en la categoría de plata.
Siempre con Arsenio Iglesias en el banco, hubo de todo en aquel periplo. Desde la derrota en el playoff de ascenso ante el Tenerife hasta la agónica salvación con el gol de Vicente al Racing de Santander en el año 1988. Aquel tanto milagroso fue el preludio del ascenso en 1991, con un triunfo 2-0 ante el Murcia con fuego incluido que eliminaba, en parte la ‘espina’ de aquel trágico partido ante el Rayo Vallecano. Era su cuarto ascenso a Primera, segundo con el Dépor.
El anhelado título
Sus últimos años en el Deportivo fueron una mezcla de dolor y gloria. Porque tras lograr una salvación angustiosa en un épico partido en el Villamarín («¡Cuánto sufrimos, Martín!»), el Deportivo se convirtió en Súper Dépor a partir del verano de 1993, en el que el club debutó en competiciones europeas tras quedar tercero. La campaña 93-94 será siempre recordada por el penalti de Djukic que privó al club del título de liga en el último partido, cuando «ya no había tiempo ni para respirar».
Pero tan solo un año después, al margen de repetir subcampeonato, Arsenio Iglesias y todo el deportivismo lograron cerrar, en parte, la herida de aquella pena máxima. Fue contra el Valencia, curiosamente protagonista macabro del campeonato liguero que pudo ser y no fue. Cuando aquella final de Copa del Rey que parecía ganada se le empezaba a complicar al Deportivo con el gol del empate, el diluvio universal cayó sobre el Santiago Bernabéu para obligar a aplazar los últimos 11 minutos de un encuentro que se reanudó el martes siguiente.
Entonces, un gol de Alfredo Santaelena permitió al Dépor ponerse por delante de nuevo y amarrar, por fin, el primer trofeo de su historia. Tenía que ser con Arsenio Iglesias al frente. Un Arsenio que, poco amigo de los focos, apostó entonces por dejar el club herculino para siempre por todo lo alto y, tras un breve paso por el banquillo del Real Madrid, retirarse del fútbol.