Como se suele decir, el estado del terreno de juego nunca puede ser excusa ya que hay dos equipos jugando sobre él. Lo cierto es que el Deportivo encadena varias salidas en las que el campo no le ha beneficiado en absoluto. El último, un Matapiñonera que los herculinos solicitaron que se regase antes de partido, algo a lo que el equipo local se negó con rotundidad.
El propio Óscar Cano lo dejaba claro al final del encuentro. “El campo no invitaba a mucho más. Antes del partido hay una conversación entre los delegados en la que se nos transmite que no se va a regar el campo. Y así no se puede jugar a más de lo que hemos jugado. El equipo ha competido bien y vamos a ver si a partir de competir, somos capaces de ir sacando los puntos de tres en tres. En esta categoría se permiten este tipo de cosas y hay que adaptarse”.
No llegó al punto del terreno de juego del San Fernando, donde el bote del balón perjudicó a un Deportivo que no fue capaz de apenas hilar jugadas. Pero lo cierto es que el de Matapiñonera no era muy distinto. Cuando la expedición herculina llegó al campo, pudieron observar la dureza del césped y por este motivo se solicitó que lo regasen para mejorar la práctica del fútbol. Algo que desde el Sanse decidieron ignorar.
Sin duda, esto es algo que llama la atención tras la obligatoriedad este año de los campos de césped natural. Con el objetivo, según Rubiales, de hacer una competición más prestigiosa solicitó que todos los campos contasen con césped natural, un mínimo de iluminación y no menos de 4.000 asientos. Sin duda, lo que no ha indicado en esta petición obligatoria es el estado en el que deben estar estos terrenos de juego.