Una vez finalizada la liga regular, al Eibar no le queda otra que competir en el playoff para buscar el ascenso a la Primera División. El conjunto vasco, con Mario Soriano en la mediapunta, firmó un empate sin goles frente al Real Oviedo en el estadio Carlos Tartiere. De este modo, todo se decidirá en Ipurua, donde a los armeros les serviría un empates tras la prórroga para pasar a la final ante Sporting de Gijón o Espanyol.
Antes de todo eso, los de Joseba Etxeberria debían visitar la capital del Principado de Asturias, donde les recibían unos ovetenses que se metieron en la promoción en una última jornada de infarto. Quizá por el miedo a que un error decantase la eliminatoria no hubo muchas ocasiones en los primeros cuarenta y cinco minutos. Así, más allá de algunos tiros sin mucho peligro, apenas inquietó ninguno de los dos equipos a ambos porteros.
Ya en el segundo tiempo comenzaron a llegar los acercamientos más claros. El primero de ellos cayó del lado visitante con un pase atrás hacia la posición de Corpas, cuyo disparo a puerta vacía desvió Viti sobre la línea. El colegiado señaló posteriormente falta, pero la acción sirvió de aviso al Oviedo, que acabaría teniendo la más clara del choque: centro al área de Bretones y cabezazo de Paulino que encuentra una gran respuesta bajo palos de Luca Zidane.
Mario Soriano, el hombre en la sala de máquinas
El centrocampista madrileño es parte indispensable de lo que sucede en la zona de operaciones eibarresa y así lo volvió a demostrar su técnico otorgándole de nuevo su confianza. El futbolista cedido por el Deportivo disputó los noventa minutos y tuvo en sus botas alguna acción de riesgo para la zaga carbayona, aunque sin suerte de cara al gol.
Salvo que una lesión lo impida, Soriano volverá a ser uno de los once elegidos para el partido de vuelta. La cita ya tiene fecha y hora: el miércoles 12 de junio a las 21:00 horas.