El Deportivo regresó este martes al trabajo en Abegondo. Después de algo más de una semana de descanso por el parón navideño, Óscar Cano citó a su plantilla a las 10:30 horas para la primera de las cinco sesiones de trabajo que restan de 2022. No hubo novedades en lo que a la presencia de efectivos respecta, con el foco puesto en la evolución de un Isi Gómez que estuvo al margen en este primer entrenamiento.
El centrocampista madrileño sigue teniendo problemas para enlazar esfuerzos esta temporada y su musculatura ya le ha dado varios avisos. No viajó a Ceuta por precaución y en el club blanquiazul quieren cuidarlo al máximo para que pueda estar disponible en el mayor número de partidos posible.
En principio no debería tener problemas para jugar contra Unionistas en el primer partido de 2023. Primero porque no sufre ninguna lesión – o al menos el Deportivo no la ha comunicado – y segundo porque todavía quedan casi dos semanas hasta que el balón vuelva a rodar en Riazor. Desde la llegada de Cano, Isi ha sido un fijo en las alineaciones siempre que ha podido participar.
Diego Villares, con el grupo tras el susto en Ceuta
Precisamente uno de los jugadores que parte como competencia directa de Isi Gómez en el centro del campo es Diego Villares. El de Vilalba, que termina el año en gran estado de forma tras sus dos goles a Racing de Ferrol y Ceuta, era otro de los futbolistas a seguir a nivel físico en el regreso de las vacaciones.
Villares dio el gran susto en el Alfonso Murube después de una fea caída en la que pudo hacerse mucho daño en el cuello. Acabó saliendo del campo por su propio pie y ya en su momento se confirmó que no tenía problemas graves, algo que se ha reforzado este martes, con el canterano completando la sesión con normalidad junto al resto del grupo.