Augusto César Lendoiro, expresidente del Deportivo, reflexiona sobre la actualidad que está viviendo el mundo del fútbol, parado en estos momentos por la epidemia sanitaria causada por el coronavirus. El que fuera mandatario de la entidad herculina, da su punto de vista sobre cómo deberían resolver las competiciones. Este es su artículo completo:
El Deportivo tiene la oportunidad de demostrar lo que tantas veces hemos defendido, lo que en verdad significa para los coruñeses: “mucho más que una sociedad anónima”. Sin coste económico alguno por su parte puede ahora intentar ofrecer un giro de 180º al sufrido sector de nuestros hoteles, grandes y pequeños, que se enfrentan al momento más difícil de su historia.
Esa es la realidad que se avecina porque, al cierre obligado por el coronavirus, le espera una apertura muy lenta en un verano que se acerca pleno de dudas sobre el cuándo, el cómo… o si se les permitirá abrir. Incluso ya se escuchan portavoces del sector que hablan de dar por perdido este 2020, y no parece que seamos los gallegos, justitos de sol, los primeros en beneficiarnos de un posible cambio súbito en la previsión de la patronal turística.
Así las cosas, de repente se abre una ventana a la esperanza de muchas personas cercanas que ven en peligro sus empresas y sus puestos de trabajo. Lo ventana la abre la propuesta de Luís Rubiales, presidente de la FEF, de reunir, en una o varias ciudades, a todos los clubs de Segunda B y Tercera División que aspiran a un ascenso de categoría.
Eso le permite al Deportivo ofrecer a la FEF su Ciudad Deportiva, una de las que cuenta en España con más y mejores campos de césped natural, aprovechando que “El Mundo del Fútbol” tan solo será utilizada por el primer equipo, tras las decisiones federativas de dar por finalizadas las categorías de base y la Liga Iberdrola.
Estamos hablando de toda una “competición” de 88 clubs (16 de Segunda B y 72 de Tercera) lo que representa un movimiento entre 5.000 y 7.500 personas (jugadores, técnicos, directivos, personal médico, físico y de apoyo de cada club; equipos arbitrales; FEF y Territoriales; medios informativos…) por un espacio de tiempo variable en función de los resultados de cada club, teniendo en cuenta que los equipos que ascienden, salvo entre campeones, deben superar tres eliminatorias.
Tomando como base, para no aburrir con números, los 16 equipos de Segunda B que deben disputar en total 14 encuentros para decidir los 4 clubs que ascienden a Segunda A, se deberían jugar unos 56 partidos para encontrar a los 16 ascendidos a Segunda B.
Eso ofrece dos posibilidades a la FEF: Celebrar esos aproximados 70 partidos en una sola localidad o programarlos en 2, 3, 4 ó 5 ciudades, que, dadas las circunstancias, parece obligado que, a la hora de decidir el lugar o lugares en los que celebrar estas finales del fútbol no profesional, se deben estudiar tres cuestiones básicas:
a) el impacto que está sufriendo esa comunidad con ocasión del coronavirus.
b) tener en cuenta la temperatura media de julio-agosto, época de los partidos.
c) número, medidas y calidad de los campos, por los muchos encuentros a disputar .
Creo que las razones que podemos esgrimir para defender nuestra oferta serán muy difíciles de superar por las candidaturas rivales. Las sintetizamos en este decálogo:
1.- Se dispone de 7 campos, todos del mejor césped natural y medidas 105x68m.
2.- El Deportivo solo dispondría de los dos campos que utiliza para sus éntrenos.
3.- Los partidos se jugarían a la misma hora y así igualar el descanso de los clubs.
4.- Los vestuarios:suficientes y adecuados para ser utilizados por equipos y árbitros.
5.- Los equipos entrenarían en los campos grandes libres y en los cuatro de Fútbol-7.
6.- Hoteles: Muy buena calidad y amplia oferta en A Coruña y alrededores.
7.- Excelente comunicación A Coruña, tanto por carretera como por avión.
8.- Temperatura: ideal en verano a cualquier hora. Nunca calor agobiante.
9.- Sanidad. Inmejorable la sanidad pública (CHUAC, CHUFy CHUS) y privada.
10-Alimentación: dieta deportiva a base de productos gallegos de máxima calidad.
Pienso que, con esa presentación, podemos contar con muchas posibilidades de éxito, pero la petición debe ser urgente, antes que otras ciudades o comunidades tomen posiciones. Los hoteles de la zona, y posiblemente otros muchos sectores de la hostelería, nos lo agradecerían porque recibirían, en el peor momento turístico de nuestra historia, la estancia, durante una media de diez a quince días, de uno o dos o más millares de personas porque está en base al número de grupos de ascenso que nos concediese la Federación Española de Fútbol.
Tenerife, su potentísimo sector hotelero, aportó en su día una brillante idea. Ojalá seamos capaces de aprovecharla. Este partido lo podemos jugar todos… y alegrar la vida de muchas personas que lo necesitan, mientras más de 20 clubs españoles celebran sus ascensos. ¿Cabe mayor felicidad?
Esperemos que el miedo al virus por la llegada de clubs de distintas comunidades no genere demasiado debate y no evite unas preciosas jornadas de fútbol que, al mismo tiempo, sirvan para mitigar la destrucción de empresas hoteleras y la pérdida de numerosos empleos. No olvidemos que estamos hablando de partidos que se disputarían dentro de 90 días y a puerta cerrada… cuando ya estaremos jugando los títulos, ascensos y descensos de las ligas de fútbol profesional.
Augusto César Lendoiro
Ex-Presidente R.C.Deportivo