Miguel Llorente compareció públicamente por primera vez desde que fuera apartado de su cargo como entrenador del Dépor Abanca. El técnico, ya restituido de sus funciones, ha querido dar su versión de lo sucedido tras la denuncia por supuestos comportamientos que van contra el código ético. Así expuso la cronología y lo que consideró cinco puntos clave:
«El viernes 18 viene Ana González (segunda entrenadora) y me transmite que quiere dejar el equipo. Que es un tema de presión, que no se sentía cómoda… le digo que se tome dos días de descanso, que entiendo que la situación no era la mejor porque veníamos en una mala racha… que hablábamos el martes. Ese mismo martes tenía reunión con el club yo, para ver si podíamos mejorar algo a nivel deportivo y el club me notifica que Ana ha dejado el cargo. Ese mismo día llego a Abegondo y las jugadoras tienen una carta que les ha dejado Ana. Yo a día de hoy no sé que ponía. Ni me la han pasado, ni me la han leído«.
«Al día siguiente llega un mail anónimo al Código Ético del club, que entendemos es similar a la carta, y a raíz de eso, hablo con el club y creo que con sentido común, me aparta. Se me aparta 10 días y se abre investigación, que ha sido de 25 o 26 personas a las que se la preguntado sobre actuaciones que se supone que he tenido yo. Pasan 10 días y se resuelve que no he cometido ningún acto irregular contra el código ético ni contra nadie. He vuelto a entrenar y trato de volver a la normalidad. Siempre he estado tranquilo, he hecho las cosas como había que hacerlas. He considerado oportuno ser paciente y dar tiempo hasta que las cosas se aclarasen».
Los cinco puntos con los que se defiende Miguel Llorente
Primero: Le doy las gracias a mis amigos y gente cercana, que han estado pendientes. Y al club, porque creo que se han comportado muy bien desde el sentido común. No suele pasar en el fútbol y me han vuelto a sorprender. A mi staff, ellos sabían lo que habíamos vivido, quién soy yo y me han escrito e informado. La gente honesta, leal y fiel no tiene precio.
Segundo: Se lo dije a las jugadoras y lo digo aquí. Empatía hacia ellas. El día que llego al vestuario y les han leído una carta que les enfada mucho, entiendo su situación y su reacción. Es una persona en la que confían y le tienen cariño (a Ana), y que llegue diciendo según qué cosas de mí… entiendo su reacción y posiblemente yo habría tenido la misma.
Tercero: Autocrítica. Soy una persona que me gusta el liderazgo, me gusta la gestión de grupos y, desde luego, hay algo que tengo que mejorar. Si esto pasa en un equipo mío, algo he estado haciendo mal. Le doy vueltas y lo he comentado. Y si desde el club me lo permiten, le tiendo la mano a Ana porque lo que quiero es aprender. No guardo rencor. Entiendo que hay algo que he podido hacer mejor lo que quiero es aprender a ser mejor entrenador y mejor persona.
Cuarto: Sorpresa. Ana ha sido una miembro de nuestro cuerpo técnico desde el primer día y nos pilla por sorpresa porque en ningún momento nos dijo de su malestar. Comíamos juntos todos los jueves. Pilla por sorpresa a las jugadoras, a mí y a mis compañeros. Desconocemos cuales han sido sus motivos. Puedes estar descontenta en tu trabajo, pero el modus operandi entiendo que no es el que ha procedido. Lo que se ha hecho, desde mi punto de vista, es desmesurado.
Quinto: Reflexión. Y no sólo para mí. Para la sociedad y la gente que sigue los deportes o quien considere que debe tomarlo. ¿Cómo se le puede hacer tanto daño a una persona? He pasado dos semanas muy malas. No me merezco esto. Ni yo ni nadie. He recibido mensajes de amenazas de muerte a raíz de un mail anónimo con cosas que en mi vida he hecho o dicho. Se me acusa de acosador laboral, maltratador psicológico… me he visto envuelto en titulares de escándalo sexual, cuando el club dejó claro que no había nada de eso. ¿Qué necesidad hay de lapidar a una persona sin información y pruebas? Intentar hundirle en lo más hondo… Soy una persona fuerte, un superviviente. Pero hay que tener cuidado porque no todo el mundo es así y podemos destrozar una vida laboral y, más importante, una vida personal».
Miguel Llorente no se plantea tomar acciones legales de momento
El técnico volvió a insistir en que entiende el procedimiento del Deportivo, «me parece bien que el código ético se haya puesto en marcha», y habla de cómo han recibido su vuelta las jugadoras: «Las sensaciones han sido buenas. Nos han sobrado dos semanas. Entiendo el procedimiento y que hay que actuar así, pero estoy seguro de que si al día siguiente hubiera hablado con ellas, habrían entendido la situación. No se sostiene. Entiendo el enfado y habría hecho lo mismo, pero si hubiese pasado un día y al día siguiente, en una buena conversación algunas individual y otras en grupo, habrían entendido mi situación. Cuando dices la verdad, no hay otro camino. Puede tardar más o menos, pero la comunicación cara a cara no falla. He estado dos semanas sin poder hablar con ellas, por eso he sido paciente. Sabía que lo iban a entender porque el tema no se sostiene».
También se refirió el técnico a la «amonestación verbal» que el Deportivo incluye en el comunicado de su restitución: «Amonestación es una sanción y yo no he tenido ninguna. Puedo entender que los tiros vayan porque siempre se puede mejorar, que a lo mejor en el descanso de un partido, con la tensión, si puedo decir «por favor» mejor que «hostia»… pero lo importante es que estoy de vuelta».
Para terminar, Miguel Llorente descartó al menos de momento emprender acciones legales: «Le he dado muchas vueltas. Lo que se ha hecho, se ha hecho bien. Se han tomado medidas. Estoy tranquilo con lo que se ha hecho hasta ahora. Sé que no he hecho nada malo y creo que la vida pone a cada uno en su sitio. No seré yo el que busque acciones legales, por lo menos de momento. No lo haré porque no guardo rencor ni ganas de venganza. Creo que esta persona se va a volver a encontrar en una situación así con alguien que no sea yo, porque creo que se trata de un problema propio más que ajeno. Lo que pasa es que lo ves reflejado en otra persona. La vida es aprendizaje y tarde o temprano le volverá a pasar. Y se dará cuenta que el problema no era conmigo, es con ella misma. Por eso le tiendo la mano, quiero entender por qué ha actuado así. Nadie lo entiende, pero no voy a hacer nada».