Desde la llegada de Óscar Cano el Deportivo ha mostrado una mejoría a nivel colectivo, pero también hay varios jugadores que han aumentado sus prestaciones. Es el caso de Rubén Díez, que trataba de buscar su sitio con Borja Jiménez y al que el nuevo técnico le entregó la manija del equipo, y también de Max Svensson. El delantero apenas había tenido minutos y se ha convertido en una pieza fundamental. Antes del partido de Ceuta, Óscar Cano se ha rendido a ambos.
Rubén Díez y la inteligencia como compensación del físico
No es la primera vez que Cano utiliza exageraciones en sala de prensa y para los elogios a Rubén Díez no ha sido diferente: «Cada uno se manifiesta con aquello que lo define. A Rubén lo define su capacidad intelectual. Todas las conductas defensivas de Rubén parten de una ubicación correcta y saber a quién se tiene que oponer. Le falta físico, obvio, porque con el físico medio de un jugador de fútbol y no estuviese en Qatar, habría que fusilar a Luis Enrique por no llevarlo. Eso ha provocado que haya tenido que desarrollar y optimizar sus aspectos mentales».
El trabajo invisible de Max Svensson
Contrapuso la figura del maño a la de Svensson, al que están tratando de moldear en el entendimiento del juego porque físico le sobra: «Ha mejorado mucho a nivel mental, porque no se puede ser un caballo desbocado. Te eliminan rápidamente. Pero claro, ves venir semejante animal y eso te condiciona mucho. Tiene un físico de máximo nivel, le viene de genética. Y también nos está dando mucho en ataque. Sus movimientos en profundidad, su desmarque… hacen que el resto jueguen más cómodos. Tener amenazada la espalda hace dudar a los centrales. Si luego de vez en cuando lo adorna con un golito como el del otro día…».