Óscar Gilsanz fue el protagonista de RiazorTV este pasado lunes. El técnico del Fabril consiguió el ascenso a Segunda RFEF con su equipo en una temporada en la que perdieron durante muchos meses tanto a Mella como a Tim Caroutas. Así fue como se adaptaron a jugar sin extremos y después modificaron la posición del propio Mella.
La reflexión sobre la temporada del Fabril
A lo largo de nueve o diez meses de competición se aprenden muchas cosas. Se ve la progresión de muchos futbolistas y se aprende a gestionar los malos momentos. A veces hay que asumir que se juega mal en el campo, como en el partido contra el Silva, donde se cambiaron cosas y desde fuera se entendía menos. Se llegó a cambiar incluso la estructura del equipo, pero los jugadores respondieron perfectamente la siguiente semana. Lo hizo sabiendo que el año pasado cambiamos las mismas cosas y habíamos ganado. El equipo fue madurando poco a poco a pesar de los errores del cuerpo técnico, cuando nos equivocábamos en alguna cosa.
Las bajas larga duración de Tim Caroutas y Mella
«No me gusta hablar de las bajas, de los jugadores que no están. Hubo lesiones importantes, de hecho, dos jugadores del mismo perfil se lesionaron y se necesitaban para campos donde el equipo rival te somete y necesitas contraatacar».
La evolución de Mella en el Fabril
«El equipo empezó a trabajar mucho con los extremos por dentro, con Iñaki, Diego y Jesús. Cuando llegó Mella, no se dijo que ya se tenía al extremo, se trabajó con él por dentro. Aunque Mella decía que siempre aparecía por fuera, se necesitaba que pareciera por dentro. En el último partido marca desde dentro y también lo hace contra el Somozas.
Mella no condiciona al equipo, pero en la estructura del equipo, por no tener a Mella y Caroutas, se encontró una manera de hacerle daño al rival. Cuando llegó un jugador que se mueve mejor por fuera, se adaptó a hacer cosas por dentro. Son cosas que valoramos en el cuerpo técnico y que los jugadores trabajan y asumen como algo propio. Cuando Barba sale al campo o cuando sale Davo en el partido ante el Barco, no se les da ninguna indicación. El equipo sabe lo que queremos cuando hacemos esos cambios. No hace falta decirles nada. Son cosas que los jugadores salen al campo y saben de qué juegan y saben el cambio. Cuando algo así sucede en un equipo, sabes que los ayudantes que tienes son los mejores, que todo el equipo técnico están funcionando como una máquina bien engrasada.
No me gusta personalizar en los futbolistas. Cuando hablo de ellos intento hablar de fútbol. Si le preguntas a Iano si prefiere jugar con Mella o con Iñaki, te dirá que prefiere jugar con Iñaki. ¿Por qué? Las condiciones de Iñaki hacen que Iano brille más. Por eso nos preocupaba que cuando estuviese Mella, no perdiera Iano ese momento de profundidad por fuera que nos daba cuando llegaba Iñaki o Diego. Eso fue lo que tratamos de mejorar con Mella. Sabiendo esto, alguien del club me decía que tenían que jugar por fuera. Mella es un extremo de los que quedan pocos, pero en el fútbol de hoy en día los jugadores van incorporando cosas. El otro día me preguntaban por Diego por dentro. Claro, Diego iba a ser mediapunta pero acabó siendo extremo. Las necesidades del equipo lo llevaron a ese sitio y el equipo consiguió atacar con Diego por fuera. Los equipos se van encontrando por las necesidades. La necesidad de no tener extremos, le dio protagonismo a los laterales, nos dio movilidad por dentro, y lo conseguimos cuando Mella se incorporó. El reto era conseguirlo también cuando Tim Caroutas se incorporase. Si no lo conseguimos, no hubiese pasado nada, tratamos de explotar a los jugadores donde son mejores y esa es la manera de ayudarlos. Tratamos de hacerlos mejorar, pero no adaptarlos a algo donde no mejoran».