El Deportivo va encarrilando su recuperación en Riazor, pero ahora necesita sumar también fuera para coger ritmo en lo alto de la tabla. Así lo ve Pablo Martínez: «Es importante ganar en casa, tenemos que ganarlo todo aquí. Lo estamos haciendo y ahora hay que buscar también victorias fuera. Vamos a intentarlo este fin de semana. El partido del otro día no lo cambia todo. Hay que seguir dando alegrías, trabajando y darlo todo en el campo. Sólo estaré contento en la última jornada cuando ascendamos. Nada más«.
El francés asegura sentirse más cómodo con el paso de los partidos y explica lo que les pide Óscar Cano: «Nos dice que tenemos que darle seguridad al equipo. No correr riesgos. Darle la pelota al mediocentro y jugar más simple, no buscar pases donde podamos perder la pelota. Y todo el equipo lo está haciendo bien. No sólo los defensas. Todos nos hacen el trabajo más fácil. Cuando vemos los últimos minutos del otro día, con los atacantes arriba presionando para que nosotros estuviésemos más cómodos en los duelos… era importante no encajar. Ahora hay que seguir de esta manera».
Asume el cambio de entrenador como algo habitual en el fútbol: «Al principio de mi carrera no tuve muchos, pero en los últimos tres años he cambiado de técnico un montón. No conocía mucho a Borja, me dio la bienvenida y me quería aquí, lo viví mal. Porque estas situaciones no las vives bien, son difíciles incluso si no conoces mucho al entrenador. Pero hay que seguir, el fútbol es así. Bienvenida al nuevo y a seguir».
Pablo Martínez, motivado con la presión de Riazor
Una vez más, Pablo Martínez reiteró que está encantado con la exigencia que hay en A Coruña: «Cada uno la lleva diferente, a mí me gusta. Cuando juegas al fútbol y quieres jugar arriba, la presión es normal. A mí me encanta, me da fuerza y no me importa lo que dicen de nosotros. Tenemos que trabajar y darle alegrías a la afición».