Queridos Reyes Magos,
este año, los aficionados del Dépor Abanca nos hemos portado bien. Ha sido un 2022 intenso, de muchas emociones, pero llegamos a diciembre felices e ilusionados.
La temporada pasada, a estas alturas, teníamos las mismas cosquillas en el pecho. ‘As Nosas’ también marchaban líderes y venían de dar un golpe en la mesa ganando al Levante Las Planas, su principal competidor. Nos fuimos a las fiestas líderes y contentas, pero se nos olvidó escribiros la carta y las cosas se torcieron. Por eso, este año os la mando con tiempo.
Enero nos dejó la sensación que el turrón no había sentado bien, pero confiamos en que volveríamos a la buena senda. Porque el equipo nos había demostrado de lo que era capaz y elegimos creer. Estuvimos ahí, animándolas. Les aplaudimos, las apoyamos, creímos en ellas. Tratamos, entre nosotros y ellas, de que Abegondo volviese a ser infranqueable. Pero se había esfumado la magia.
Hubo atisbos de reacción, pero nunca terminó de consolidarse. En marzo, lo extradeportivo pasó al primer plano y vivimos una situación tan insólita como sorprendente (al menos para los de fuera del club). Fueron semanas duras, en las que se habló mucho de nosotros en todas partes y tuvimos que resistir el chaparrón. Así que mientras las futbolistas alzaban la cabeza y se mantenían profesionales sobre el césped, nosotros volvimos a volcarnos con ellas. Porque ‘nas malas moito máis’.
Pero nos quedamos fuera de la permanencia matemática por un gol de diferencia, porque somos el Dépor y aquí hay que saber sufrir.
Pasamos de ser campeonas de invierno a jugarnos la vida a todo o nada en un partido en el que el destino, siempre caprichoso, nos enfrentó al equipo de nuestra Miriam Ríos. Riazor abrió sus puertas y se vistió de gala para un último baile. Tres mil aficionados nos mordimos las uñas a golpe de martes en las gradas del estadio. Gritamos hasta rasgar la garganta, aplaudimos hasta que nos dolieron las manos y suspiramos aliviados, al término de los 90 minutos, con una agridulce victoria que supo a fin de ciclo.
La segunda vuelta del curso pasado fue durísima, emocional y mentalmente. Primero, imagino, para las propias jugadoras que lo vivieron en sus carnes. Pero también para la afición. El desahogo de ganar el playout pronto dejó paso a las dudas. ¿Volveremos a engancharnos? ¿Tendremos fuerzas y energías para volver a Abegondo? ¿Nos convencerá el nuevo proyecto? ¿Superaremos este desgaste?
No nos hizo falta esperar mucho para encontrar las respuestas, porque nos subimos a la ‘Ireneta’ desde la pretemporada. De repente, redescubrimos a un equipo que mantenía su columna vertebral (Cris, Inés, Raquel, Paula, Laura Fernández y Ainhoa, con las continuidades de gente de la casa como Patri López, Carlota Sánchez, Eva Dios o Aroa Guerra), pero que había incorporado solidez, equilibrio, creatividad y pólvora. Con Ferreras y Oreiro en el banquillo, el Dépor nos enamoró de nuevo.
Y, por supuesto, volvimos a Abegondo. Sacamos otra vez las bufandas. Renovamos el carnet de optimismo y llenamos las redes sociales de ilusión. Porque vemos en el campo a un equipo que conecta, que nos hace vibrar, que nos engancha y que nos divierte, que es lo más importante.
Por eso, en estas fechas tan especiales, os escribo para pediros que sigamos así. Lo fácil sería deciros que queremos ascender, que es lo que todos deseamos. Pero creo firmemente que ya vamos por el buen camino.
Y, si soy del todo sincera, estoy disfrutando tanto de este equipo que prefiero ir paso a paso, sin adelantar acontecimientos. Claro que la meta es volver a Primera. Pero me lo paso tan bien semana a semana que no tengo prisa por llegar al final.
Así que os pido que sigamos disfrutando.
Que Abegondo siga siendo un fortín.
Que nos encontremos cada 15 días con caras conocidas en las gradas, unidas por la pasión por el Dépor.
Que cada vez más niñas y niños ocupen la grada. Que vean en sus jugadoras a referentes y ejemplos a seguir, que les impulsen a jugar al fútbol y luchar por sus sueños.
Que tengamos suerte con las lesiones (toco madera).
Que mantengamos la solidez defensiva.
Que Cris nos siga liderando, hasta el final.
Que Paula y Henar continuen dominando el centro del campo.
Que los goles de Carlota y Millene no dejen de llegar.
Que las jugadoras que han llegado nuevas sigan empapándose de deportivismo.
Que las que suban del filial demuestren que están preparadas para dar el salto.
Y que dejéis una dosis extra de magia en la banda de Ainhoa. Ya sé que no le hace falta, que su fútbol es suficiente, pero por lo que pueda pasar.
En definitiva: que en 2023 el Dépor Abanca siga demostrándonos que el fútbol todavía es un deporte entretenido. Y que, además, el fútbol vestido de blanco y azul merece la pena un poquito más que el resto.
Atentamente,
Sara.