Ni siquiera una salvación holgada ha servido para desentrañar cuál será el futuro del banquillo del Deportivo. Con la tranquilidad de saberse en Segunda División para la próxima temporada, la dirección deportiva se toma con calma la decisión sobre Óscar Gilsanz, quien a día de hoy no sabe si seguirá en su cargo. Mientras prepara los dos últimos partidos asegura que no piensa en su continuidad.
«Voy a encender el semáforo de mi renovación en la ultima semana de Liga, por ahora lo voy a dejar en intermitente para que pase quien quiera pasar y pare quien quiera parar. Cuando acabe la temporada se valorará, llegué aquí hace siete meses diciendo que soy una persona de club y lo sigo siendo. La decisión que sea la que sea, lo que tengo que hacer es seguir ganado partidos y haciendo que la gente se identifique con el equipo, explicó este viernes.
Una decisión que no le impide valorar lo que ha hecho hasta el momento desde que tomó las riendas en la primera vuelta ante el Cartagena: «No creo que se vaya a condicionar un trabajo por dos resultados de final de temporada. Es muy importante acabar con una situación de crecimiento continuo y si yo tuviera que tomar una decisión sobre un futbolista, no lo valoraría por dos partidos si lo llevo viendo todo el año».
Las dudas con Eddahchouri
Además de sobre su futuro, el de Betanzos confirmó que el delantero neerlandés tiene complicado viajar con el resto del equipo a Zaragoza: «Después del susto vimos que no tenía nada de gravedad, está dolorido y tiene magulladuras que le imposibilitaron entrenar hasta hoy. Es complicado que pueda entrar porque tiene magulladuras y dolor por todo el cuerpo». Así las cosas, parece que en La Romareda tendrá que decir entre optar por Bouldini o una apuesta por la cantera.