102×64. Son las dimensiones de Las Llanas, el estadio en el que el Deportivo busca hoy tres puntos vitales para el ascenso ante el Sestao River (18:00 horas). Son ‘tan solo’ tres metros menos de largo y cuatro de ancho con respecto a un Riazor cuyo terreno de juego se extiende a lo largo de los canónicos 105×68.
Como decimos, la diferencia podría no parecer tan significativa, pero si la transformamos en metros cuadrados, el dígito empieza a ‘cantar’. Porque mientras en su estadio el Dépor disfruta de 7.140 metros cuadrados para darles una amplitud y profundidad al juego desde las que imponerse a sus rivales, en Sestao tan solo dispondrá de 6.528 metros cuadrados. Es decir, más de 600 cuadrados de un metro menos de los que hay en el campo de A Coruña. Menos espacios, menos tiempo y, por lo tanto, menos precisión. Más disputas. Menos combinaciones. Más duelos.
En ese escenario se maneja de lujo un Sestao River al que le costó arrancar, pero que ha puesto velocidad de salvación en los últimos meses. El club sestaotarra tuvo paciencia con Aitor Calle pese a que el primer tanto del equipo tardó en llegar 7 jornadas y la primera victoria cayó en la undécima fecha. Y la calma ha dado sus frutos, porque el River recibe al Dépor fuera de descenso, lejos de aquella situación que afrontaba cuando visitó Riazor en diciembre -arañó un punto en uno de los peores partidos del Deportivo-, a cinco puntos de la permanencia y con solo 6 dianas anotadas en 15 encuentros y 18 recibidas.
Este Sestao River es otro y sus números en la segunda vuelta lo demuestran, pues tras cruzar el ecuador ya ha hecho 22 de sus 38 puntos totales. De hecho, desde la jornada 19 hasta la actual es el séptimo mejor equipo de la categoría, pero contando solo los últimos 5 encuentros, solo el propio Deportivo ha hecho más puntos (13 los blanquiazules, 10 los verdinegros).
Clave en esta reacción ha sido su nivel en Las Llanas, un estadio ‘ratonera’ en el que el River está siendo cola de león. El conjunto vizcaíno ha ganado sus últimos cuatro encuentros disputados como local. Y lo ha hecho con un parcial de 10-3 que, a efectos oficiales, es de 11-2 por su victoria en los despachos por 3-0 ante el Rayo Majadahonda, que se retiró tras los insultos racistas a su portero Cheikh Sarr -el Sestao ganaba por 2-1 en aquel momento-. Precisamente de aquel duelo el Sestao salió con una sanción que el TAD ha levantado de manera cautelar y que permitirá que el duelo de hoy se dispute con público.
Esa racha de 12 puntos consecutivos como local ha disparado al rival del Dépor en la tabla. Pero ha llegado a raíz de duelos directos. Venció al citado Rayo tras imponerse por 3-0 al Sabadell y por 2-0 al Logroñés. Después, superó por 3-1 al Real Unión. El Sestao ha sido cola de león, ganando lo que ‘debía’ ganar. Pero es tan cierto esto como el hecho de que nadie gana en Las Llanas desde lo que hiciese el Lugo en diciembre, en un 0-1 engañoso. Por Sestao han pasado desde entonces Osasuna (2-1), Teruel (1-1), Unionistas (0-0), Arenteiro (1-0) y Nàstic (1-1, empatando el equipo tarraconense en el añadido).
El Sestao River, electricidad en ataque
La fortaleza del Sestao en su casa es evidente y lejos quedan esas primeras jornadas en las que Ponferradina, Barça Atlètic y Fuenlabrada lograron rascar triunfos de Las Llanas. El equipo de Calle se ha ido refinando y ahora es un conjunto realmente peligroso en términos ofensivos. Como avisó Idiakez en rueda de prensa, el Sestao River tiene talento en su ataque. En esa zona ofensiva suele juntar a cuatro futbolistas de un ramillete compuesto por el indiscutible y peligrosísimo extremo zurdo Aranzabe, el hábil llegador Jon Guruzeta, el veloz Jon Cabo y los diferentes puntas Leandro Martínez y Kaxe, este último llegado en el mercado invernal y que ya ha aportado 3 dianas.
Ninguno de ellos está especialmente dotado para las disputas aéreas -aunque Kaxe disfruta en el cuerpeo-, pero eso no impide que el Sestao sea un equipo directo. Porque desde encontrar de manera rápida a sus futbolistas de ataque al apoyo, ganar segundas jugadas o golpear al espacio, el cuadro vasco hace daño, mucho daño.
El Sestao es un equipo que no suele hacer pasar el balón por su centro doble pivote, compuesto en las últimas fechas por Gorka Garay y Álvaro Gete. Ambos son mediocentros de ida y vuelta predispuestos para ganar esos balones sueltos, llegar al área, ganar esos balones sueltos, presionar y ayudar a centrales y laterales en fase defensiva. No necesitan organizar demasiado, aunque sí ser clarividentes. Porque el fútbol ofensivo del Sestao River es eléctrico a partir de tres cuartos. Mucha movilidad, con desmarques agresivos y dinamismo para encontrar por fuera a los extremos o incluso a la espalda de la última línea rival.
Atrás, la llegada Antxón Jaso en invierno reforzó la seguridad de una zaga cogida con pinzas. Pero el ex del Amorebieta no podrá estar hoy por sanción, por lo que no sería de extrañar que su lugar al lado del exfabrilista Gaizka Martínez lo ocupase el joven y espigado Mirapeix, ya que el también imberbe Camero, titular en Riazor, está lesionado. Es esta la línea más débil del equipo, que sufre mucho una vez los rivales le logran superar la presión y encontrar espacios. Un equipo al que, además, le cuesta defender el área.
Así, como un equipo que produce desde ese juego directo -el que más pases largos da en el Grupo 1- y que como local es altamente presionante para exagerar los escasos espacios de Las Llanas, el Sestao River ha logrado ser cola de león. Con sus puntos fuertes y sus déficits que el Deportivo deberá aprovechar si quiere llegar al duelo directo por el ascenso con una buena renta. Antes, tocará ponerse el mono de trabajo en un encuentro que se prevé de poca asociación y mucho juego directo. Un traje de ‘competidor’ que el equipo de Idiakez ha sabido colocarse cuando la ocasión lo ha demandado.