Dos años y medio después de dejar atrás la cantera del Deportivo de La Coruña, Angeliño Esmorís compartió banquillo con el legendario centrocampista inglés en su primera citación con la plantilla senior del Manchester City.
El miércoles no fue un día más en Silván, una diminuta parroquia situada en el interior del municipio de Coristanco. Allí creció José Ángel Esmorís Tasende, ‘Angeliño’ para el mundo futbolístico coruñés, ‘Potro’ para sus amigos más cercanos y todo un enigma fonético para los comentaristas de la televisión inglesa, que desde la llegada del joven lateral zurdo a la disciplina del Manchester City en 2012 dieron paso a una metamorfosis constante del apelativo del potente defensor gallego. Sin embargo, ‘Anyelino’ -uno de sus diversos nombres británicos-, a sus 17 años, ya no es uno más para Manuel Pellegrini.
Convocado por el técnico chileno para el encuentro de la decimocuarta jornada de Premier League ante el Sunderland, Angeliño logró dar el penúltimo paso de un plan trazado con determinación. Y es que en una plantilla donde dos internacionales como Clichy y Kolarov se sortean el flanco izquierdo de la zaga, el menudo futbolista coristanqués ha llamado a la puerta del primer equipo citizen apenas cinco años después de deslumbrar con el Deportivo de La Coruña en el torneo de Brunete, un inagotable escaparate de talento donde la predilección de algunos clubes por la potencia física parece haber ganado la batalla temporalmente a la imaginación.
Apadrinado en el conjunto sub-21 de los sky-blues por Patrick Vieira, el debut de Angeliño en la máxima competición inglesa no parece lejano, un premio extra a su citación del miércoles, en la que compartió banquillo con un clásico del fútbol como Frank Lampard. Curiosamente, el londinense también fue un caso particular de precocidad. Su bautismo en la Premier llegó con el West Ham en enero de 1996, un año antes del nacimiento del jugador coruñés y también con 17 años en su carné de identidad.
Criado en las Escuelas Luis Calvo Sanz de Carballo, Angeliño siempre fue un paso por delante. Y es que en el lugar donde el mito del exjugador del Deportivo José Luis Vara permanece vivo, la pasión por la cantera también dejó un hueco para otro viejo conocido de los años del Súper Dépor. Agustín Elduayen, que vivió desde la portería la transformación de los herculinos bajo la batuta de Arsenio Iglesias, entrenó al lateral del conjunto mancuniano en sus inicios, y detalló a Riazor.org su evolución: «Era un fenómeno. Siendo prebenjamín ya jugaba con los que le llevaban un año más. Era un lateral pequeño, pero con muchísima llegada».
Integrante de una estupenda hornada de la que salieron jugadores como Santi Canedo -ahora en el Atlético de Madrid tras un paso por la cantera deportivista-, Miguel Loureiro -ahora en el Juvenil A del Celta- o Manu Nogueira -en el Juvenil A de José Ramón-, Angeliño progresó de la misma forma que entendía el juego en su infancia: con rapidez y buscando la línea de fondo. Su habilidad para marcar goles también llamó la atención de Elduayen: «En ocasiones había que pedirle que hiciese el pase fácil a sus compañeros. Él me decía que por cada tanto que anotaba su abuelo le daba un euro. Entonces, en broma, le dije que por cada asistencia que diese yo le daba dos».
Ahora, plenamente asentado en las Islas Británicas, el que fue compañero de generación de Alberto Leira y Quique Fornos, entre otros, busca seguir la estela del malagueño José Ángel Pozo, que debutó en liga precisamente en el Stadium of Light. Incluido en el once ideal de la pasada UEFA Youth League y seguido de cerca por Txiki Begiristain, el de Silván ya se asoma al muro de la élite. Con hambre. Con paciencia. Sin miedo.