Tal día como hoy, pero hace medio siglo, nacía en Arguineguín uno de los grandes magos del fútbol español. Juan Carlos Valerón, el eterno 21 del Deportivo, sopla ya 50 velas. Durante 13 años, el flaco fue uno de los iconos deportivistas, ganando títulos, jugando semifinales de Champions y manteniéndose en el equipo a pesar de descender a Segunda División.
En el verano del año 2000, el Deportivo buscaba reforzar una plantilla que venía de ser campeona de Liga. En una temporada atípica en los puestos de descenso, el cuadro herculino se aprovechó de un gigante que había perdido la categoría. Capdevilla, Molina y Valerón cambiaron el Calderón por Riazor aquel verano. A pesar de haber perdido descendido, el canario llegaba a A Coruña con la vitola de ser internacional absoluto y campeón de Europa sub-21.
Desde su llegada, Valerón cayó de pie en Riazor. El mismo verano de su llegada el Deportivo conseguiría la segunda Supercopa de su historia, eso sí, sin el canario, recién llegado, en el campo. En el resto del curso participó en 41 partidos en su temporada debut.
En su segundo año en A Coruña se alzó con su primer título a nivel de clubes, la Copa del Rey. El ’21’ fue titular en la final del Centenariazo y pudo levantar su primer trofeo vestido de blanquiazul en su temporada de consagración. A la Copa le seguiría la consiguiente Supercopa de la temporada 2002-03. Valerón fue titular en los dos partidos de la final ante el Valencia y anotó el primero de los goles en el partido de ida.

El momento cumbre de su carrera llegó, seguramente, en el año 2004. El flaco fue uno de los encargados de llevar al Deportivo a las primeras semifinales de Champions de su historia. En el histórico partido frente al Milán anotó, de cabeza, el segundo de los cuatro goles que hicieron posible la remontada blanquiazul. Además, en esa temporada 2003-04 disputó 49 encuentros -el máximo de su carrera- siendo titular en 47 de ellos.
Después de quedarse a las puertas de tocar el cielo, comenzó la caída del Deportivo. Los blanquiazules pasaron de ser unos habituales en las competencias europeas a asistir a ellas ocasionalmente. El Dépor comenzó a perder puestos en la clasificación liguera con el paso de los años, hasta consumar su descenso de categoría en la campaña 2010-11.
Tras dos décadas consecutivas en la élite, el club coruñés regresaba a la Segunda División. A pesar del descenso, Valerón se quedó y ayudó a que el equipo volviese a ascender justo un año después con el récord histórico de puntos de la categoría.
El regreso a Primera no fue sencillo. El Deportivo volvería a descender tras una única temporada en la máxima categoría. Fue entonces cuando los caminos de Valerón y el Deportivo tomaron rumbos diferentes. El flaco regresó a Las Palmas con el objetivo de devolver al equipo isleño a Primera antes de su retiro. Tras un primer intento fallido lo consiguió y se reencontró con el Dépor en la Primera División en su temporada de despedida.
Un breve paso por los banquillos
Después de su retiro decidió cambiar las botas por los banquillos y formarse como entrenador. Empezó en Las Palmas, tanto de asistente como de entrenador en las categorías inferiores del cuadro amarillo. Tras tres temporadas en los banquillos canarios, decidió regresar a A Coruña siete años después de su marcha.
En su vuelta al conjunto coruñés fue entrenador del Fabril durante una única temporada. Llegó al banquillo fabrilista acompañado por otra leyenda canaria del Deportivo. Manuel Pablo, actual técnico del Fabril, fue el asistente de Valerón en su corta etapa como entrenador deportivista. Al final de la misma temporada de su regreso, se marchó por motivos personales y desde entonces no ha vuelto a entrenar a ningún otro equipo.