1. No es nada fácil escribir sobre un partido así de doloroso. No es nada fácil escribir que en la primera parte el encuentro no es tan malo y que incluso hubo jugadas locales que levantaron de sus asientos a los aficionados y que podrían haber cambiado el partido. No es nada fácil escribir que en la segunda parte los jugadores del Deportivo fueron marionetas en las manos de los jugadores del Barcelona. No es nada fácil escribir de unos jugadores que bajaron los brazos a partir del 0-3 y acabaron recibiendo cinco más. No es nada fácil escribir ocho apuntes cuando han sido ocho los goles que ha recibido el Dépor.
2. Es difícil escribir del partido porque después de todo lo que queda es el resultado. Es la mayor goleada que ha sufrido el conjunto blanquiazul en Primera en sus 110 años de historia. Una derrota que escuece y que duele en el orgullo, sobre en la de la afición. Si hace un año dolió cuando el Madrid se plantó en Riazor y marcó ocho goles, esta derrota es todavía peor.
3. El Dépor estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado. «Lo de pagar los platos rotos nos lo hemos tomado demasiado al pie de la letra», dijo mi compañero Pablo Varela al término de partido. Era de sobra conocido que el Barcelona iba a intentar limpiar su imagen de los últimos partidos en el estadio de Riazor y lo hicieron a base de goles. Aun con un marcador amplio, no buscó Víctor una solución para parar la sangría y el Dépor siguió siendo un equipo de ida y vuelta, endeble y vulnerable.
4. «El Dépor no hizo lo mismo que en la ida, cerrarnos a los centrales y al pivote. Lo hizo solo con Busquets. Salimos bien por las bandas, hemos circulado bien, con Leo generando superioridad. Hemos acertado en las ocasiones importantes, en las primeras, las que te hacen encarrilar los partidos». Luis Enrique hizo referencia a la artimañana táctica que empleó Víctor Sánchez del Amo en la ida. Descolgar a tres hombres veloces que impidiesen circular el balón entre Busquets, Piqué y Mascherano, los tres jugadores que más pases suelen dar en cada partido del Barça, y provocar un siete para siete en defensa. En el Camp Nou el Dépor contrarrestó el juego culé, no así en Riazor.
5. El miércoles, Víctor optó por dejar la velocidad en el banquillo. Fayçal Fajr, Jonathan Rodríguez y Fede Cartabia se quedaban en el banquillo, y en el once jugadores más estáticos como Álex Bergantiños, Oriol Riera o Cani. Además, tampoco tuvo profundidad por las bandas porque el lateral más ofensivo -Juanfran- partió a banda cambiada, lo que limitaba sus funciones. Luisinho, lateral izquierdo natural y que también destaca por su velocidad, no contó.
6. No era claro el dibujo propuesto por Víctor contra el Barcelona. El Dépor combinó y se vistió en ocasiones en un 4-4-2 y en otras en un 4-3-1-2. En los siete primeros minutos de partido ya había utilizado ambos dibujos. Fue Cani la pieza que movía el técnico madrileño para poder compaginar ambas formaciones. A medida que fueron cayendo los goles, se intentó reagrupar el Dépor en un 4-4-2.
4-4-2.
4-3-1-2.
7. No pudieron pararlos en la primera parte, cuando mejor estaban en defensa, y por supuesto que no los pararon en la segunda mitad. Leo Messi y Luis Suárez dieron una clase magistral y los defensores blanquiazules lo sufrieron. El charrúa marcó cuatro goles y dio tres asistencias, mientras que el argentino estuvo brillante en la distribución y en el inicio de las jugadas. Su pase a Suárez en el 0-2, por destacar uno, separa buenos de excelentes jugadores.
8. En este Deportivo-Barcelona también la afición jugó su partido desde la grada. Muchos pitos a algunos jugadores -señalado especialmente Manu Fernández- y aplausos al final del encuentro con el equipo en el centro del campo.