1. En esta ocasión le salió rana a Víctor Sánchez del Amo el tema de las rotaciones en la Copa del Rey. El técnico madrileño prolongó un once con muchas similitudes al del 1-1 en la ida en Anduva -eliminatoria que se pudo resolver de no escupir el larguero tres disparos de Oriol Riera y Jonathan Rodríguez- y al que utilizó en el anterior cruce contra la Llagostera. Esta vez los presumibles suplentes no dieron la talla contra un rival que presentó sus mejores credenciales sobre el césped de Riazor.
2. Se queda el Deportivo fuera de la competición de la ilusión. Tenía la afición blanquiazul -y también jugadores y cuerpo técnico como reconocieron en varias ocasiones ante los medios- muchas esperanzas puestas en la Copa del Rey. Ganarla era ser demasiado positivo, pero sí se tenía ganas de llegar lejos, de hacer un buen papel después de muchos años cayendo a las primeras de cambio. El cruce de octavos de final y un Segunda División con una gran ambición le cerraron las puertas de poder siquiera intentarlo.
3. Esta eliminación, sumada al 5-0 en el Bernabéu, es un toque de atención para el Dépor después de los muchos halagos recibidos tras su gran primera vuelta. El Dépor de Víctor Sánchez del Amo se había caracterizado por ser un equipo muy consistente y sólido, difícil de meterle mano gracias al sacrificio defensivo de todos sus futbolistas. Del primero al último. Ninguno se quedaba sin correr y ninguno rehuía meter la pierna. En los dos últimos encuentros, el conjunto blanquiazul ha recibido ocho goles, a cuatro por partido. Antes, en los 21 anteriores solo había recibido 21, uno por partido -contando los tres encuentros de Copa-.
4. Al Deportivo le pasó por encima el esquema 3-3-3-1 de Carlos Terrazas. El Mirandés estaba mejor posicionado sobre el campo, atacaba mejor, se encontraba más cómodo, tenía más espacios en los últimos metros y llegaba siempre con más hombres a la portería de Manu de lo que el Dépor lo hacía a la de Raúl. No necesitaba mucho el equipo de Terrazas para crear peligro pues gracias a la brillante ocupación de espacios tenía siempre a hombres dispuestos a recibir balones y dispuestos a correr a la contra. El 4-1-4-1 del Dépor, con tres por dentro en el centro del campo, no dio resultado.
5. En el aspecto de nombres propios, varios son los jugadores que dejaron escapar su oportunidad de ser importantes para lo que resta de temporada. Un ejemplo es el de Manu Fernández, que necesitaba una buena actuación para confirmarse como el segundo portero del equipo por delante de Stipe Pletikosa. Su partido no fue para nada satisfactorio. El meta asturiano no estuvo fino en los dos primeros goles. Pudieron ser sus últimos minutos con la camiseta del Deportivo.
6. Otro que tampoco pasó la prueba fue Juan Domínguez. El de Narón volvió a iniciar el partido como pivote posicional, con Pedro Mosquera y Jonás Gutiérrez como interiores. La opción de darle más responsabilidades con balón al ’10’ blanquiazul ya la había utilizado en otra ocasión Víctor y no le había dado resultado. Contra el Mirandés tampoco lo hizo. Domínguez empezó entonado pero a medida que se engancharon al partido los centrocampistas burgaleses le pasaron por encima. Insisto, como ya dije anteriormente, que la confianza de Juan Domínguez no es la óptima y su fútbol requiere tener confianza en sí mismo para funcionar.
7. Entró en el equipo con una fuerza endiablada, pero poco a poco su protagonismo se ha ido apagando. Miguel Cardoso jugó un partidazo en Palamós, en la ida de los 1/16 de final de la Copa ante la Llagostera y también realizó un excelente papel en la remontada de esta temporada en el Camp Nou, pero en los últimos partidos ha dejado de brillar. Contra el Mirandés, Víctor decidió cambiarlo en el descanso porque en su banda apenas tenían profundidad. Debe volver a su mejor nivel el luso si quiere ser una alternativa en las bandas del Dépor para lo que resta de Liga.
8. Tras la eliminación copera, ahora ya solo queda la Liga. El inesperado colchón de 27 puntos cosechado en la primera vuelta permite trabajar con mayor sosiego, pero Víctor Sánchez del Amo debe evitar que la plantilla del Dépor se relaje. Ya sabemos lo que ocurrió la pasada temporada con el Eibar de Garitano. Esto es larguísimo.