El Deportivo se fue al descanso de su partido contra el San Fernando perdiendo por la mínima. En una acción rápida, el equipo de Salva Ballesta consiguió adelantarse tras superar Gabri Martínez tanto a Jaime como a Ian Mackay. Pero el arbitraje hizo que Riazor estallase antes del descanso.
Independientemente de los aciertos en cuanto a faltas señaladas, lo cierto es que el guardameta del San Fernando perdió tiempo en los saques de puerta y además requirió la entrada de las asistencias médicas tras una acción del partido. José Perales estuvo varios minutos siendo atendido sobre el terreno de juego.
El cuarto árbitro señaló dos minutos de tiempo añadido, pero el árbitro decidió pitar el final cuando no se habían contabilizado ni 30 segundos del añadido. Esto hizo que Riazor atronase con una sonora reprimenda al colegiado. Además, tras las protestas de los jugadores, Francisco García Riesgo decidió añadir el tiempo no contabilizado que no se había disputado.
Como curiosidad, varios jugadores del San Fernando ya habían encarado rápidamente el túnel de vestuarios. Con lo que el trío arbitral tuvo que indicarles que volvieran al terreno de juego para que se reanudase de nuevo el encuentro con las quejas tanto del Deportivo como del cuerpo técnico blanquiazul.
Una acción que permitió que el San Fernando pudiese sacar de banda y el Deportivo todavía tuvo una ocasión para empatar el partido. Una vez finalizó la primera parte, esta vez sí, se volvió a llevar una pitada de las que hacen época de una afición que no está contenta ni con el equipo ni con los arbitrajes que está sufriendo.