Los prejuicios negativos sobre la importancia de los laterales son una tendencia cada vez más cerca de extinguirse en el panorama futbolístico. La evolución del propio balompié ha ido llevando a otorgar un rol creciente en preponderancia a los defensores de los carriles. A su ya asentada trascendencia en defensa, los laterales van adquiriendo responsabilidades ofensivas, que requieren de habilidades no solo condicionales, sino tácticas y técnicas. El lateral debe ser un futbolista completo para brillar y no solo dedicarse a proteger su ‘parcelita’. Y un buen ejemplo de ello es Álex Petxarroman ‘Petxa’.
Con su penúltima incorporación, el Dépor suma competencia de nivel para Ximo Navarro. Petxarroman llega a A Coruña después de su curso de asentamiento en Segunda División, a pesar de descender con el Andorra. El donostiarra se crio durante 11 años en la cantera de la Real Sociedad, una casa que Imanol Idiakez conoce a la perfección. De hecho, Petxa llegó a ser el capitán del Sanse de Xabi Alonso que ascendió a la categoría de plata. Entonces, con 24 años, decidió apostar por recalar en el Athletic Club. De rojiblanco participó en 19 partidos y poco más de 400 minutos en la élite en su primer y único año.
Después de no asentarse en ese salto a Bilbao, Eder Sarabia lo reclutó para su proyecto de Segunda en la campaña 22/23. Y a pesar de que fue suplente de Adrià Altimira -ahora en el Villarreal- condicionado por dos lesiones musculares, el técnico vasco quiso contar de nuevo con él el pasado curso.
Así, Petxa se desvinculó del Athletic y regresó a tierras andorranas para convertirse, esta vez sí, en el dueño del carril derecho del equipo tricolor. Bien fuese como lateral, bien fuese como carrilero o incluso en algunos momentos como central derecho en línea de tres, Petxa fue uno de los fijos tanto para Sarabia como para Ferran Costa, técnico que acabó el curso pero que no logró evitar el descenso del club dirigido por Piqué.
Pero, ¿por qué se ganó la confianza de sus entrenadores Petxarroman? Básicamente, por su capacidad para generar con balón desde el lateral derecho. Con el vasco, el Dépor incorpora un futbolista con una muy buena capacidad de pase, centro, conducción e interpretación del juego con pelota. De hecho, según los datos de Opta, Petxa fue uno de los laterales con más participación (70,63 toques) en la fase ofensiva de la categoría el pasado curso. El vasco sobresale en conducciones progresivas, de conducciones en último tercio y de metros progresados a partir de conducciones, pero también en su volumen de pases, su acierto y sus envíos filtrados.
Al igual que con Ximo, Idiakez tendrá otro lateral derecho capaz de ofrecer soluciones en el inicio y la construcción de juego. Y además, con mayor capacidad para aparecer en zonas interiores, pues en el Andorra solía situarse en carriles intermedios dejando a su extremo -habitualmente, Lobete- la tarea de dar amplitud. Así, con sus buenas ubicaciones, era capaz de darle continuidad al juego incluso recibiendo de espaldas gracias a su facilidad para perfilarse correctamente.
Mientras Navarro suma más por fuera y progresa más a línea de fondo, Petxa no apura tanto y es capaz de sacar más centros en parado gracias a su buen golpeo. Aunque el pasado curso no sobresalió en cuanto a volumen de envíos al área (0,47 por cada 90 minutos) también por el modelo de juego de su equipo y su rol, repartió 3 asistencias y dejó un gol.
Petxa y la defensa, luces para el ‘modelo Idiakez’ con… sombras
Por su parte, a nivel defensivo, Petxarroman es un lateral agresivo. El ex del Andorra no tiene problema alguno en perseguir a su marca en apoyos, tal y como le pidió Imanol Idiakez a sus defensores en muchas ocasiones el pasado curso. Precisamente ese ímpetu es positivo es esas situaciones, pero le juega malas pasadas cuando el rival le encara en banda.
En esas acciones le cuesta temporizar a la hora de meter el pie y, a pesar de su velocidad en distancias medias y largas, no es del todo ágil cambiando de dirección. Por eso, el pasado curso fue relativamente habitual verse superado en esos escenarios ante extremos habilidosos. Así lo demuestra además su porcentaje de ‘tackles’ ante regates adversarios, de solo el 52,3%, uno de los más bajos de la categoría.
Más allá de ese lunar, Petxa no paga esa fogosidad con demasiadas faltas ni tarjetas. Además, aunque sus 180 centímetros le hacen sufrir algo en el uno para uno, le permiten ganar un buen porcentaje de duelos aéreos (61,8%). Por eso no es de extrañar que haya sido empleado tanto de carrilero largo como de tercer central. Tampoco le es extraño el puesto de lateral zurdo, aunque hace años que no juega con asiduidad en ese carril.
De este modo, con el futbolista criado en Zubieta, el Deportivo suma competencia para Ximo Navarro con una pieza de mucho nivel en la creación de juego. Desde una óptica diferente, Petxa puede incluso sumar más que el granadino en ataque. Esa será su gran baza ante, a priori, su menor calidad defensiva, a falta de ver cómo responde el andaluz en su regreso a la Segunda División y de una posible mejoría del vasco.
