El Deportivo 0-1 Oviedo fue un estreno agridulce para el equipo herculino en su regreso al fútbol profesional. Porque el cuadro dirigido por Imanol Idiakez perdió en su estreno oficial de la temporada 24/25. Pero lo hizo plantando cara y siendo, en muchas fases, mejor que un serio candidato al ascenso a Primera División.
A pesar del tanto inicial en contra, la escuadra deportivista mantuvo la tendencia con la que había iniciado el choque y tan solo su desatino en los metros finales a la hora de concretar sus numerosos ataques prometedores o su falta de puntería le negó botín en el primer partido en casa en esta Liga Hypermotion. Analizamos el encuentro a través de cinco claves.
El Dépor domina a un candidato al ascenso
La posesión no es sinónimo de dominio en un partido. Ni mucho menos. Pero saber quién ha tenido más el balón y qué ha hecho con él puede ser uno de las pistas que ayuden a intuir el desarrollo de un encuentro. Ante un rival que el pasado curso fue uno de los cuatro equipos de la categoría que más dispuso del esférico, el Dépor fue capaz de imponer su juego.
No, no se trató solo de robarle el balón a un Oviedo que, como explicó Calleja en la rueda de prensa, lo quería. Es que además supo qué hacer con él. Porque a pesar de que el cuadro ovetense fue a presionar arriba antes y después del 0-1, no logró arrebatarle el esférico al Dépor ni cortocircuitar su juego. El conjunto carbayón perdió la batalla de la pelota por un 36% contra un 64%. Pero es que además, tan solo fue capaz de conseguir 6 recuperaciones altas.
A pesar de lo incómodo que estuvo Pablo Martínez en el inicio de juego (solo 3 de 11 pases largos acertados, según Opta), el equipo blanquiazul sí encontró la forma de superar la presión alta de un Oviedo que se estructuró en un 4-4-2 bastante zonal. A esa estructura y predisposición el conjunto herculino le logró encontrar las vueltas gracias a las buenas decisiones con balón de Vázquez, Ximo, Petxa o Jurado y a la fabulosa movilidad entre líneas de Mario Soriano y Yeremay. El conjunto herculino dominó, fue capaz de hacer correr hacia atrás a su rival y la buena distancia entre líneas le permitió impedir casi todas las opciones de contra durante buena parte de un choque que fue casi un monólogo.
La conexión está por dentro
Al contrario que el curso pasado, en el que priorizaba progresar por fuera, este Deportivo 24/25 fue capaz de hacer mucho daño jugando algo más por dentro. Casi siempre con una salida de tres en la que Villares o Petxa se implicaban como tercer central, el Dépor logró distribuir de manera óptima las alturas y espacios para que José Ángel Jurado y Mario Soriano se encontrasen.
La conexión entre ambos fue muy evidente. Así, a pesar de las evidentes dificultades defensivas que tuvo un Jurado al que todavía no se le ve en plenitud, el aporte del andaluz con balón fue muy notable. De sus 61 pases intentados acertó 54. Pero lo importante fue el tipo de asociaciones que desarrolló. El ex del Tenerife encontró a un compañero en 28 de 30 pases medios y, según Wyscout, conectó con Mario Soriano hasta en 12 ocasiones. El registro se amplió a 16 si tenemos en cuenta los pases del madrileño hacia el ’20’.
De la fabulosa sinergia entre su pivote y su mediapunta vivió el Deportivo para tener el partido donde quiso durante buena parte del desarrollo del choque. A pesar del resultado.
El ‘Mariosistema’
Porque sí, el Deportivo logró superar una y otra vez la presión de su rival y atacar de cara a la portería contraria con espacio y tiempo. «El Oviedo ha venido a intentar buscarnos y se ha tenido que ir para atrás. Hemos encontrado situaciones en el área de Lucas, de Yeremay otro par… ellos en el descanso tenían más sensación de no llegar a ningún sitio que nosotros», apuntó Idiakez, con razón, en rueda de prensa.
Con alguna duda más cuando trató de progresar vinculando a jugadores posicionados en su perfil más derecho, los futbolistas del sector izquierdo fueron los que, de verdad, dieron sentido al juego ofensivo del equipo. No fue casualidad que por ahí danzase Mario Soriano. El fútbol deportivista se basó en un ‘Mariosistema’. Todo fluía en función del madrileño, que partía desde el costado de Del Moral y entendía cuándo debía sujetarse para recibir más alto, a espaldas de un Paulino que cerraba dentro y lejos del pivote autor del gol, o más bajo para superar a un Dotor que, desde su puesto de interior derecho se descolgaba como segundo punta en la presión.
La enorme trascendencia del ’21’ se explica sola a partir de los datos. Fue el cuarto futbolista del Dépor que más acciones realizó con balón (75), solo por detrás de tres defensas -que suelen tener mucha más participación-. Además, tuvo un 92% de acierto en el pase -48 de 52- pese a jugar en una zona con, a priori, mucha más densidad de futbolistas. Dos de esos pases acabaron en remate y un tercero no lo hizo porque Lucas, al que dejó en buena posición ante Escandell, decidió recortar en vez de chutar.
Pero más allá de los datos estuvo su entendimiento del juego, no medible. Esa capacidad para aparecer siempre en el lugar preciso, bien perfilado y con el mapa mental de todo su entorno ya definido para ejecutar su rápido giro. Fue un enorme partido al que solo le faltó el gol -lo tuvo tras una gran acción individual- o la asistencia.
El doble de remates, pero nula eficacia
El dominio del Deportivo se reflejó también en las áreas, pues el cuadro herculino logró rematar un número mucho más alto de veces que su rival. La estadística varía entre proveedores de datos, pero para ir más allá de los disparos y analizar también su peligrosidad, nos quedamos con la de Wyscout: 12 chuts contra 7.
Tras un buen inicio, fue a partir del ecuador de la primera mitad y después del descanso cuando el Dépor acumuló más volumen de juego y situaciones de gol. El mal remate de Lucas antes del 0-1, el chut alto de Yeremay tras una buena acción de Mella o el cabezazo alto de Vázquez fueron algunas de las acciones de remate más destacadas en la primera mitad, a las que se unieron la oportunidad de Soriano, la doble de Ximo o el testarazo de Barbero en el segundo tiempo.

Ninguna de ellas se dio desde una posición de remate con una posibilidad de gol demasiado alta, es cierto. Algo que llevó al Dépor a acumular una probabilidad de gol de ‘solo’ 0,74 xG (expected goal). Sin embargo, a estos disparos hay que sumar otras acciones como los no remates de Lucas y Yeremay en buena posición en el primer tiempo o multitud de acciones que se quedaron en el limbo a pesar de oler a evidente peligro.
Faltó cierta eficacia en el remate, pero también finura ante un Oviedo que transformó su primera llegada (con un valor de 0,10 xG) merced a un fallo en cadena de marcas y elevó su expectativa de gol hasta el 0,59 final gracias al mano a mano de Paraschiv que sacó Parreño (0,32 xG).
Cazorla domestica a un Dépor sin fuelle
El Deportivo fue mejor que el Oviedo hasta mediada la segunda mitad. Pero entonces, Calleja introdujo a Santi Cazorla y a Haissen Hassan y modificó, poco a poco, la dinámica del partido. La entrada del centrocampista internacional domesticó la fiereza de un Deportivo al que le empezaba a pesar el cansancio y al que la entrada de Barbero no le sentó como se esperaba.
Porque con la salida de Yeremay Hernández, el Dépor fue a menos. El canario firmó un encuentro de luces y sombras. Porque más allá del aspecto regateador (8 de 13) gracias a su buen entendimiento con Ximo Navarro y Mario Soriano, aunque estuvo errático en la ejecución final en centros y, sobre todo, disparos. Sin embargo, su salida restó una pieza en ese sector izquierdo que tanto daño había hecho. El equipo perdió profundidad por ese pasillo y la salida de una referencia como Barbero para liberar a Lucas no lo compensó.
No ayudó tampoco, como decimos, un Cazorla capaz de poner pausa al juego visitante, que por primera vez en el encuentro sí logró tener la pelota. El organizador asturiano tocó 24 balones en 30 minutos. Todos con sentido. De 20 pases, acertó 16 -falló 2 largos-. Y gracias a uno de ellos logró dejar solo ante Germán a Paraschiv.
En un momento en el que el Dépor se quedaba sin fuelle y se partía, Alemao empezó a ganar balones largos y el Oviedo a quedarse las segundas acciones para descansar sobre Cazorla, que junto a las carreras de Hassan -a pesar de su pésima toma de decisión-, terminó de domesticar al cuadro herculino para asegurar el Deportivo 0-1 Oviedo.