El ambiente vivido en Riazor, un encuentro en el que mereció más el Dépor, el sacrificio de Wilk o las ausencias de Diakité y Juan Carlos, entre otros temas de interés de este análisis del partido del sábado.
1. El ambiente que se vivió en Riazor fue de una inestabilidad brutal. Un clima de desunión, de separación y de división. De cánticos y pitos a esos cánticos. De réplicas. De rabia. No tengo duda de que este es el peor momento que recuerdo como deportivista, quizá no en lo futbolístico, pero sí en lo institucional, en lo social y en lo económico. «Camino de auto destrucción imparable», definió en rueda de prensa Víctor Fernández. Conviene mejorar esto por el bien del equipo si no queremos que la fractura sea mayor.
2. El partido no mereció perderlo el Deportivo. El conjunto blanquiazul tuvo un sinfín de ocasiones para marcar, pero la nulidad a la hora de definir de sus delanteros y el excelente partido del portero visitante evitaron que el aficionado deportivista pudiese cantar algún gol. Firmó buenas jugadas de combinación, se le vio sacrificado en defensa e intenso en la presión. Pero le faltó el gol, ese que tuvo el Málaga gracias a un zapatazo desde su casa de Sergi Darder. También es cierto que pudo sentenciar el club boquerón, pero no es menos cierto que el Dépor perdonó lo imperdonable, tanto en la primera como en la segunda parte.
3. Este verano se produjeron muchas novedades en la Liga Española en las porterías. Que si Jan Oblak o Moyá para la portería del Atlético, que si Keylor Navas para hacerle la competencia a Casillas en el Madrid, que si Bravo y Ter Stegen para intercambiarse la puerta del Barcelona… y que si el ‘Memo’ Ochoa para sustituir a Willy Cavallero. El arquero argentino dejaba Málaga para reencontrarse con Pellegrini en el Etihad Stadium y el conjunto andaluz fichaba a uno de los porteros revelaciones del Mundial, el mexicano Ochoa. Sin embargo, este no está teniendo minutos en Liga porque el camerunés Carlos Kameni está en un estado de forma impresionante. Ahora es ese portero que le recordábamos paradas increíbles en el Espanyol pero más maduro y sin esas excentricidades que le hacían irregular.
4. Veo que el Dépor está creciendo en lo futbolístico. Lo está haciendo poco a poco, seguramente más lento de lo que el equipo necesita, pero sí que se ven síntomas de progresión. Ahora es más fuerte en defensa y crea oportunidades suficientes para marcar. El principal problema en los últimos partidos es que los que tienen que definir no lo están haciendo y si la pelota no entra, nunca podrás ganar. Y no olvidemos que el equipo parece crecer en un horrible clima, lo que tiene su cierto mérito.
5. Eché de menos a Diakité y eché de menos a Juan Carlos en la convocatoria y también en el partido. El central francés demostró en Copa del Rey que está en un gran estado de forma y que puede dar soluciones en defensa y en las acciones de estrategia en ataque. El mediapunta dio el miércoles juego entre líneas a un equipo que adolece de calma y pausa en los últimos metros. Ninguno de los dos pareció convencer a Víctor Fernández en la competición copera pues ambos vieron el encuentro desde la grada.
6. El que últimamente está tirando del carro del Deportivo es el polaco Cezary Wilk. Se ganó un puesto en silencio, trabajando en la sombra, y ahora es absolutamente imprescindible para el técnico maño. De no ser por su sacrificio en el centro del campo y por todos los balones que roba por constancia y trabajo, el Deportivo sufriría el triple en cada partido por las pérdidas de sus atacantes en la línea de tres cuartos.
7. Quiero jugadores comprometidos en el Deportivo, hombres que sientan la camiseta y los colores en un momento complicado. El otro día, en el once, solo había un gallego -Insua- y era Fabricio el único jugador que había pasado por la cantera, además del de Arzúa. No significa esto que haya que meterlos con calzador, pero estoy seguro de que hay jugadores que en estas circunstancias darán el 200% cuando otros son capaces de dar solo el 100% porque les falta ese plus de sentimiento.